El primer ministro canadiense Stephen Harper continúa con su metamorfosis, presentándose ahora en el rol del severo disciplinario en el escándalo sobre los gastos en el Senado.
Entrevistado por una estación de radio de Halifax, Stephen Harper afirmó que su jefe de gabinete, Nigel Wright, quien le dio un cheque de 90.000 dólares al senador conservador Mike Duffy para que reembolse subvenciones, no renunció y que más bien fue despedido.
La primavera pasada, cuando estalló el escándalo del pago secreto a Duffy, el primer ministro Harper inicialmente alabó las acciones de Nigel Wright, antes de aparecer días más tarde frente a las cámaras aceptando con pena la renuncia de su lugarteniente.
El primer ministro canadiense dijo el pasado 19 de mayo: “Entiendo que Nigel creía que estaba actuando en beneficio del interés público, pero también entiendo que haya tomado la decisión de renunciar.”
Ahora Harper ofrece una nueva versión sobre los eventos en torno a la partida de Nigel Wright: «Tuve un jefe de gabinete que hizo un pago inadecuado al señor Duffy. Él fue despedido.” dijo Harper en una entrevista a la estación de radio 95.7 de Halifax.
El centro del escándalo es un presunto encubrimiento en el cual la propia Oficina del Primer Ministro de Canadá le pagó a Duffy para que él pueda reembolsar los gastos en disputa. Eso habría logrado que un comité de auditoría del Senado, dominado por los conservadores, lave de toda culpa a Duffy, haciendo desaparecer con ello un escándalo que ha puesto en duda la integridad del propio Stephen Harper.
En un principio el escándalo de los gastos en el Senado fue desestimado por el gobierno como una campaña en su contra de parte de los medios de comunicación. Después se convirtió en un problema político que debería ser manejado con discreción a fin de que no empañe las acciones del gobierno.
El último cambio en la versión de parte del gobierno comenzó la semana pasada cuando Harper y su Oficina enfrentaron una ofensiva de parte de los senadores Mike Duffy, Pamela Wallin y Patrick Brazeau, quienes fueron nombrados a la Cámara Alta por el propio Harper y se encentran envueltos en el escándalo de gastos en el Senado.
La mayoría conservadora en el Senado quiere suspender, sin goce de sueldo ni beneficios, a sus tres ex compañeros de equipo. Esa amenaza ha puesto sobre el tapete la intensa lucha interna entre los conservadores.
Por razones que escapan a nuestro control, y por un período de tiempo indefinido, el espacio de comentarios está cerrado. Sin embargo, nuestras redes sociales siguen abiertas a sus contribuciones.