El Consejo municipal de la metrópolis canadiense discutirá en una reunión extraordinaria hoy, una moción que apunta a transferir al alcalde adjunto lo esencial del poder y del personal del alcalde Rob Ford.
Rob Ford perdería así todos los privilegios generalmente reservados al alcalde de la Ciudad Reina y que no están inscritos en la ley provincial de la ciudad de Toronto. En otras palabras, sería reducido al simple rango de consejero municipal.
El alcalde amenaza con recurrir a los tribunales si sus colegas continúan con esta estrategia de aislamiento político sin precedentes en la historia de Toronto.
El viernes pasado, los consejeros municipales habían retirado al alcalde el poder de reemplazar a los miembros del Comité ejecutivo y los presidentes de los diferentes comités municipales, que se rebelaron todos contra él, con excepción de su hermano, el consejero Doug Ford.
Rob Ford se encuentra en la tormenta desde hace dos semanas, después de haber admitido que había fumado crack, pero se resiste a renunciar.
Para defenderse, el alcalde contrató al experto en asuntos municipales, el abogado George Rust-D’Eye.
Contrariamente a lo que había dejado entender anteriormente, el abogado no tratará de dirigirse a los tribunales para impedir la realización de la reunión extraordinaria de este lunes del Consejo municipal.
Pero, Rust-D’Eye podría cuestionar ante la corte cualquier sanción tomada por el Consejo municipal contra su cliente. El abogado declaró que la ley provincial atribuye al alcalde a la responsabilidad de dirigir el Consejo municipal.
Mientras tanto, el alcalde Ford, que se queja desde hace cierto tiempo del presunto ensañamiento de los medios de Toronto contra él, multiplica las entrevistas con las cadenas de televisión estadounidenses.
En entrevista el domingo con la cadena Fox News, Rob Ford intentó rehacer su reputación afirmando que se está ocupando de su salud gracias a la ayuda de un equipo de profesionales.
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