Alemania quiere que Estados Unidos le garantice el respeto a la vida privada de los ciudadanos alemanes mediante compromisos «creíble y verificables» de parte de Washington. Esto de acuerdo al borrador de un documento que refleja un persistente resentimiento en Berlín ante las respuestas de Washington tras las denuncias de espionaje.
El documento, elaborado por un grupo de trabajo en materia de política exterior, reafirma el compromiso de Berlín a favor de un tratado de libre comercio entre la Unión Europea y Estados Unidos al que calificó de “proyecto vital”.
El texto también deja en claro que la confianza entre ambos países debe ser restaurada tras las revelaciones de que la Agencia Nacional de Seguridad, órgano de espionaje de Estados Unidos, pinchó el teléfono móvil de la canciller alemana Angela Merkel.
Merkel se refirió al tema del espionaje estadounidense en un discurso ante la Cámara Baja del Parlamento alemán este lunes, señalando que las acciones de Washington han puesto a prueba tanto las relaciones transatlánticas así como las negociaciones para un tratado de libre comercio.
“Esperamos de la administración estadounidense un compromiso claro junto a las medidas correspondientes. Queremos definir mejor las reglas de conducta entre socios, y buscamos acuerdos creíbles y verificables a fin de proteger la vida privada de nuestros ciudadanos», declaró Merkel.
Altos funcionarios alemanes de inteligencia viajaron a Washington para discutir cómo reformar la cooperación entre ambos países.
Funcionarios estadounidenses declararon en condición de anonimato que Washington podría estar dispuesto a aceptar algún tipo de promesa, ya sea pública o privada, de no participar en actividades de espionaje industrial o comercial contra objetivos alemanes.
Sin embargo, es poco probable que las demandas de Alemania de un acuerdo amplio de «no espionaje» sean satisfechas.
En privado, los funcionarios alemanes expresaron su frustración debido a que el presidente Barack Obama no ha sido más claro en sus declaraciones públicas sobre las acusaciones de espionaje desde que la revista alemana Der Spiegel informó el pasado 23 de octubre que el teléfono de Merkel había sido espiado por Estados Unidos.
Ese informe tuvo como base la información filtrada por el ex contratista de inteligencia de Estados Unidos, Edward Snowden, actualmente refugiado en Rusia.
Otro foco de frustración para Berlín es el hecho de que fueron los funcionarios alemanes quienes tuvieron que viajar a Washington para discutir el asunto, en lugar de que Washington envíe a Berlín una delegación para resolver el asunto.
Noticias sobre la existencia de un extenso programa de espionaje estadounidense surgieron poco antes de la visita de Obama a Berlín el pasado mes de junio.
En ese momento, Washington ofreció garantías a Berlín el alcance limitado de su programa de espionaje, pero funcionarios alemanes señalaron en las últimas semanas que esas garantías eran falsas.
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