El alcalde de Toronto, Rob Ford, aprovechó su primer discurso anoche, desde que fue despojado de sus poderes esenciales por el Consejo municipal, para decir que no apoyaría el aumento de 2,5% del impuesto sobre bienes e inmuebles propuesto por su jefe de presupuesto.
Rob Ford prometió “seguir peleando por los contribuyentes”, repitiendo así el eslogan de su última campaña electoral en 2010. Las próximas elecciones municipales se llevarán a cabo en octubre de 2014.
El acalde de Toronto propuso en el pasado un aumento de 1.75% de este impuesto, pero votó después con una mayoría de consejeros municipales a favor de un impuesto suplementario de 0,5%, para ayudar a financiar la prolongación del metro. No se sabe todavía cómo hará el alcalde para mantener su promesa inicial en el marco de compresiones presupuestales.
El jefe del presupuesto, Frank Di Giorgio, duda también de la promesa del alcalde de reducir de 10% el año próximo el impuesto sobre la compra de un inmueble.
Durante la última campaña electoral, Rob Ford había prometido economizar cientos de millones de dólares en el presupuesto de la ciudad, sin reducir los servicios. Él decía en ese entonces que iba a acabar con el despilfarro de dinero en la alcaldía.
Estas economías simplemente, no existían afirma la firma de consultores privados que contrató la ciudad. La firma KPMG recomendó entre otras cosas, la venta del zoológico y de estacionamientos municipales, además de cerrar las bibliotecas. Pero estas propuestas fueron tan controvertidas que jamás fueron adoptadas.
Sin embargo, Rob Ford cumplió su promesa en lo que respecta a la abolición del impuesto anual de 60 dólares por el registro oficial de los vehículos. Él obligó también a los empleados municipales a aceptar concesiones salariales, además de privatizar la recolección de basura en todo el oeste de la ciudad. Esta última medida permitirá economizar más de 11 millones de dólares anuales.
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