Los niños refugiados sirios están sufriendo tanto física como psicológicamente las brutales consecuencias de la guerra civil en Siria y muchos de ellos se han convertido en el único sostén de su familia, trabajando por un salario ínfimo en condiciones peligrosas y de explotación, dice el nuevo informe de la ONU.
El documento de 62 páginas, titulado “El futuro de Siria – Niños Refugiados en Crisis”, publicado por el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, dice que las agencias de la ONU han llegado a ofrecer diversas formas de apoyo psicosocial a más de 250.000 niños refugiados en Jordania y El Líbano.
Según el informe, más de 1,1 millones de niños sirios están registrados como refugiados en ACNUR en todo el mundo. De esta cifra, un 75 por ciento son menores de 12 años.
El informe destaca que los niños representan el 52 por ciento de la población total de refugiados de Siria, muchos de ellos forzados a vivir en condiciones de hacinamiento, en refugios improvisados o en tiendas de campaña.
Casi el 30 por ciento de los niños entrevistados para la redacción del informe dijeron que sólo salen de su casa una vez por semana o inclusive menos.
«El conflicto en Siria ha causado en las niñas niños y sirios de todas las edades un inmenso sufrimiento, tanto física como psicológicamente», dice el informe.
«Ellos han experimentado un conflicto de primera mano, la destrucción y la violencia. Los efectos psicológicos de esas experiencias horribles pueden ser de largo alcance , afectando su bienestar, su sueño, su capacidad de habla y sus habilidades sociales.»
En los primeros seis meses de 2013, unos 741 niños refugiados sirios recibieron tratamiento hospitalario por traumas físicos y otras lesiones sufridas en Siria o El Líbano, incluyendo heridas de bala, quemaduras y huesos rotos, según el informe.
Al mismo tiempo, centenares de niños viven sin uno de sus padres, o sin madre ni padre e inclusive sin el cuidado de ningún adulto.
Hasta finales de septiembre de 2013, el ACNUR había registrado a más de 3.700 niños como solos o separados de sus familias en El Líbano y Jordania.
Por otro lado, debido a las necesidades económicas de sus familias, muchos niños se ven obligados a trabajar.
Aproximadamente uno de cada 10 niños refugiados sirios son niños trabajadores, de acuerdo con las estimaciones de UNICEF.
Muchos niños, en algunos casos de apenas siete años, trabajan largas horas en «ambientes peligrosos o degradantes». Otros son maltratados en el lugar de trabajo, según el informe.
El acceso a la educación es otro problema. Un 80 por ciento de los niños sirios refugiados en el Líbano no están en la escuela y más de 100.000 niños sirios en edad escolar refugiados en Jordania tampoco van a la escuela , según el informe.
En un comunicado, el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, António Guterres, dijo que «si no actuamos rápidamente, toda una generación de niños inocentes se convertirá en la víctima permanente de una guerra atroz.»
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