El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) informó este jueves que población civil desesperada en una franja de Siria que va de Alepo en el norte hasta la frontera sur se encuentra en su mayoría fuera del alcance de los trabajadores de ayuda humanitaria.
En toda Siria a los heridos se les suele negar tratamiento médico, ya sea por parte de funcionarios del gobierno o por grupos rebeldes. Al mismo tiempo, tanto hospitales como ambulancias continúan siguen siendo blanco de ataques ilegales, señaló el presidente del CICR, Peter Maurer.
En 2014 el CICR necesitará unos 116 millones de dólares pata mantener sus operaciones en Siria, la mayor en todo el mundo y la más grande en los 150 años de historia de la agencia humanitaria independiente.
«Siria seguirá siendo una prioridad en el 2014. Se acerca el invierno y no hay mejoras a la vista. Más muertos, heridos y desplazados están causando un inmenso sufrimiento y desgarrando a las familias que se encuentran atrapadas en las zonas sitiadas. Muchos civiles no han tenido un adecuado acceso a alimentos, agua, atención médica o electricidad en más de un año», dijo Maurer en una conferencia de prensa.
«Pese a nuestros llamados a las partes en conflicto a respetar los derechos de las personas a la atención médica sin discriminación, no estamos viendo ninguna luz al final del túnel «, dijo el presidente del CICR, Peter Maurer.
En los últimos cuatro meses, el Comité Internacional de la Cruz Roja ha podido aumentar el número de sirios a los que llega con comida y agua, pasando de 200.000 a 500.000 personas, según Maurer.
El presidente del CICR, Peter Maurer, indicó que las áreas de intensos combates al oeste de Siria, desde Alepo en el norte, atravesando Homs, Hama y Damasco hasta la frontera sur, así como de la provincia oriental de Deir al- Zor, en la frontera con Irak, permanecen virtualmente fuera de los límites, dijo Maurer.
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