Según datos del Instituto Nacional de Estadística de España divulgados este martes, la población de ese país continúa en descenso.
Los primeros seis meses de 2013 mostraron la reducción de unas 120.000 personas. Esto significa que la población en España cayó a 46,6 millones de habitantes tras cinco años de crisis económica.
Otro dato destacado es que por quinto semestre consecutivo fueron más los españoles que abandonaron el país que los inmigrantes que llegaron a España. Esto deja un balance migratorio negativo de 124.915 personas. Esta cifra ha aumentado en un 50 por ciento respecto al semestre anterior.
La crisis económica que atormenta a los españoles desde 2008 ha provocado una creciente fuga de población activa al exterior y ha hecho que España sea menos atractiva para la inmigración. A este panorama se suma el envejecimiento de la población española y un crecimiento demográfico negativo causado por el descenso de la tasa de natalidad.
El número de residentes extranjeros, que llegó a superar los cinco millones, se redujo en un 4 por ciento debido a que muchos de ellos prefirieron retornar a sus países o que dejaron de serlo al obtener la nacionalidad española.
Actualmente los residentes extranjeros en suelo español suman 4.870.487 personas. Rumanos y marroquíes son los grupos más numerosos, con más de 700.000 miembros respectivamente.
El saldo migratorio de los españoles también es negativo: 39.690 salieron del país buscando un futuro mejor. De ellos sólo 14.831 regresaron a España después de haberlo intentado.
Los principales países receptores son Ecuador, Gran Bretaña y Francia, aunque en el caso del país latinoamericano se trata de ecuatorianos que regresan a su país.
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