A mediados de julio del presente año les había hablado de una canadiense que se disponía a cruzar el Atlántico Norte a remo y solitaria. Les había preguntado incluso, si ustedes se le medirían a un desafío de esa talla. Las respuestas fueron variadas, pero en general, nadie de entre los seguidores del Castor Cibernético, incluyéndome a mí, se arriesgaría a lanzarse en esta homérica aventura como hizo Mylenne Paquette.
Bueno, el 12 de noviembre pasado, después de haber pasado 129 días en el mar, de haber enfrentado olas de 10 metros y zozobrado 10 veces, con 4 remos rotos y otro perdido, quemaduras, ampollas, contusiones, una ligera conmoción cerebral, infecciones, Mylenne Paquette regresó nuevamente a la tierra firme con el orgullo de haber logrado su cometido. Convirtiéndose de paso, en la primera norteamericana en cruzar el océano Atlántico norte en bote a remos océanico, solitaria, de Canadá a Francia.
Durante el verano, cuando el mar estaba tranquilo, ella dejaba la puerta del compartimento donde dormía abierta, pero con vientos de 25 nudos y olas de 4 metros, ese es un error imperdonable y realizar que ella lo había cometido, le sonó la alarma y se dijo que ya era tiempo de terminar ese viaje.
El desafío de cruzar el océano solitaria tiene su parte de gratificación personal pero pasar casi 6 meses en un espacio tan restringido como el de su bote la limitaba en sus movimientos y había algunos gestos que ni siquiera podía hacer, lo cual provocó ciertas atrofias musculares.
Ella afirma que seguramente muchos músculos se atrofiaron porque perdió alrededor de 10 kilos en total y perdió mucha grasa, pero no se preocupa demasiado por eso, porque dice que va a recuperar todo el peso perdido durante la época navideña que se avecina.
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