Este domingo el periódico Washington Post reveló la existencia de un programa secreto de la Agencia Central de Inteligencia estadounidense (CIA) para ayudar al gobierno colombiano a dar muerte a los líderes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC. Uno de ellos fue el número dos, Raúl Reyes, muerto en un bombardeo en 2008 en territorio ecuatoriano.
Este programa secreto, distinto del Plan Colombia que fue iniciado en el 2000 y cuyo punto central fue una ayuda militar de nueve mil millones de dólares otorgada a Bogotá, fue autorizado por el presidente de entonces, George W. Bush, en la década del 2000.
Este programa continuó bajo el gobierno de Obama, informó el Washington Post, que señaló que entrevistó a más de 30 funcionarios y ex funcionarios de Colombia y Estados Unidos en la investigación periodística.
Con acceso a un presupuesto secreto de varios miles de millones de dólares, presupuesto clasificado como “confidencial y actualmente en curso”, el programa estadounidense para la eliminación de la dirigencia guerrillera colombiana tiene dos componentes. Uno es el suministro de información para localizar a los líderes de las FARC y el otro es la entrega de sistemas de guiado de misiles mediante posicionamiento global (GPS) para hacer que los bombardeos sean más precisos.
Fue gracias a la inteligencia estadounidense que el número dos de las FARC, Raúl Reyes, fue localizado en 2008 en Ecuador, donde fue asesinado.
«Llevar a cabo una operación de bombardeo aéreo significa que un piloto colombiano en un avión colombiano debía atacar el campamento de las FARC con una bomba fabricada en Estados Unidos, bomba que tenía un cerebro o sistema de guía controlado por la CIA», resume el Washington Post.
Esa operación se llevó a cabo el 1 de marzo de 2008.
Fundada en 1964, la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) es la más antigua en América Latina. Según las autoridades tiene unos 8.000 combatientes.
Desde noviembre de 2012, el Gobierno colombiano y las FARC se encuentran llevando a cabo negociaciones de paz para poner fin a un conflicto armado que en unos cincuenta años ha costado la vida a cientos de miles de personas.
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