Los días previos a Navidad, Año Nuevo y Reyes se convierten cada año en una época de fiestas familiares por un lado y de desembolso económico por otro. Existe una tremenda sobreoferta de productos y servicios, que parecen promover el consumo descontrolado, sobre todo en juguetes para niños.
Varios organismos en Quebec, que proponen prácticas de consumo responsable, reciclan diversos artículos que luego los venden a precios más que accesibles. Una idea que está creciendo.

Cada vez más se extiende la práctica de comprar regalos usados. Ya sea en sitios internet o en organismos la gente puede economizar mucho.
Una vieja batidora eléctrica que funciona como nueva. Es el regalo de Navidad que Marie-Jo Hamel ha recibido de su hermano hace 2 años. Lo que hace muy feliz a esta madre de 3 niños. Encontrar objetos de ocasión forma parte de la actividad familiar.

A menudo los buenos regalos que encontramos son los juguetes, nosotros ya regalamos ropa para la nieve, recibimos una máquina de cortar pasto…
Cerca de un cuarto de los quebequenses ofrecieron regalos de ocasión en Navidad según un estudio reciente del Observatorio del consumo responsable. Una manera de ser ecológico pero sobre todo de economizar.
Paulette Tremblay es coordinadora del organismo Le bon citoyen.
Hacemos pequeñas bolsas con juguetes, que van de 2 a 5 dólares.
Los juguetes de ocasión se venden rápidamente en el organismo Le Bon citoyen, que ayuda a los padres más pobres a que sus niños pasen las fiestas de fin de año con alegría. Los juegos de sociedad y las muñecas son dejados como nuevos.

Vienen muchas familias de bajos ingresos o que están en la ayuda social. Aquí llegan realmente a comprar los juguetes para niños”.
Cada vez más la gente compra también en los anuncios web como kijiji y Le Pac.com, una caverna de Ali Babá y un paraíso para los coleccionistas.
Fabian Fayard es director de comunicación en Les Pac.com

“A la víspera de Navidad nuestro servicio en internet tuvo un aumento del tráfico en una proporción de 15% , sobre todo en la región de Trois Rivières.
Marie-Jo Hamel había comprado hace varios meses los regalos para sus hijos. Entre otros, un juego para construir una casa.
“Me costó 5 dólares. Nuevo se vende a 35”.
Sin embargo, todavía son pocas las personas que admiten comprara juguetes de ocasión. Todavía existe una especie de vergüenza de admitir que se ofrecen regalos usados a los parientes.
Pero la idea de consumo responsable se está abriendo camino poco a poco en la mente de los canadienses.
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