Una pareja en Forth Smith, en los Territorios del Noroeste, dice que los norteños están adoptando su inusual negocio.
Mike Couvrette y Elena Katz son los propietarios de la granja de alpacas del Territorio.
Fort Smith está bastante lejos de América del Sur, pero las cuatro alpacas se mantienen muy bien en el clima del lejano Norte canadiense.
Ellas se llaman Brinks, Hudson, BG y Morgan, las únicas alpacas en los territorios del Noroeste.
«Las alpacas son animales muy resistentes», dice Couvrette. «Son de los Andes, donde las temperaturas pueden llegar a los 20 bajo cero durante la noche.»
La granja es un hobby. Tanto Couvrette como Katz tienen otros empleos, pero también venden la lana hilada y el relleno para almohadas y edredones. Ellos dicen que la piel de alpaca es más resistente al agua que la lana normal y dura más tiempo.
«La gente en el Norte se familiariza rápidamente con ellas», dice. «Es muy similar al pelo del caribú en el que el centro del mismo es hueco, por lo que en realidad conserva mucho mejor el aislamiento para el frio que la lana de cordero regular.»
Cuando la gente pide lana, lo hacen nombrando a la alpaca, cuya lana quieren.
«En vez de que la gente trate de describir el color de la lana que quieren, dicen «tengo una madeja de Morgan. ¿Puedo tener dos más, por favor? »
Katz dice que la idea de las alpacas la tuvo Couvrette.
«Teniendo la superficie necesaria aquí, me pareció una buena oportunidad», dice. «Después de un poco de investigación, me pareció que elegir criar alpacas era el camino a seguir.»
Los animales llevan viviendo cuatro años, y dada la excelente adaptación al clima, planean traer al menos cinco más. Y en cuanto a la diversificación, Couvrette dice que eventualmente le gustaría traer también algunas llamas al Lejano Norte.
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