2013, el año en que el antiguo honor en la política desapareció
En política, 2013 podría ser recordado como el año en que los políticos corrompidos por escándalos decidieron que el concepto de honor ya no requería que renunciaran.
Las acciones corruptas de tres senadores conservadores han hecho más daño al gobierno que cualquier otra circunstancia, desde que Stephen Harper se convirtió en primer ministro en 2006.
Sin embargo, no ha habido una oleada de dimisiones – ninguno de ellos renunció, e incluso ninguno se separó voluntariamente del partido. El Senado los suspendió sin goce de sueldo, pero siguen siendo «honorables senadores.»

En este contexto, el año 2014 será crucial para los jefes de los partidos Conservador, Liberal y el Nuevo Partido Democrático.
Los jefes
Si el año 2013 fue el de la mitad del mandato, el 2014 servirá realmente para definir las fuerzas en presencia en vistas de la próxima elección federal en 2015. La mitad del período gubernamental tuvo el don de sacudir las convenciones, pero será durante el próximo año que las tendencias que habían comenzado a surgir se cristalizarán o desaparecerán.
Por primera vez, el gobierno conservador está profundamente sacudido por escándalos de corrupción y busca cómo salir del paso y reanudar la ofensiva. El Partido Liberal y su líder golpean la imaginación del electorado. El Nuevo Partido Democrático, líder de la oposición en los Comunes, habiendo consolidado sus ganancias, buscará concretizar a las otras a las cuales aspira.
La fortuna de cada uno de los partidos depende por supuesto de la actuación de sus dirigentes, pero también de sus posiciones frente a algunas cuestiones que se impondrán en el debate político.
– Stephen Harper-

El año 2014 será crucial para Stephen Harper. Su credibilidad está socavada, manchada por el escándalo del Senado, por sus versiones contradictorias y medias respuestas durante semanas.
El Primer Ministro deberá a toda costa encontrar una manera de poner fin al escándalo y, lo más importante, contar con los medios para hacer frente a las consecuencias y las posibles acusaciones de algunos jugadores clave.
Algunos pueden soñar con un momento de verdad y sinceridad, donde Stephen Harper pondrá las cartas sobre la mesa. Pero esto no sólo no está en su naturaleza, sino que debido a que ha esperado tanto tiempo, los riesgos podrían parecer políticamente demasiados importantes.
Por otra parte, las entrevistas de fin de año que concedió no dejaron presagiar grandes confesiones por venir. A lo sumo, el primer ministro admitió que se impusieron cambios en la organización de su oficina y en los mecanismos de rendición de cuentas que existen, sin dar más detalles.
Además, el regreso de uno de sus servidores más leales, Dimitri Soudas al corazón de la máquina conservadora sugiere más bien que el primer ministro se está rodeando de su maquinaria de guerra para capear el temporal en contra de todas las probabilidades.
Pero ¿por cuánto tiempo? El Primer Ministro puede repetir su intención de llevar a sus tropas hasta el año 2015 (lo contrario habría sido sorprendente), la cuestión de su futuro político seguirá planeando.
En este sentido, las relaciones de Stephen Harper con su comité ejecutivo serán determinantes. Desde hace más de un año, han surgido algunas fallas. Hubo protestas notables de algunos miembros contra la disciplina del partido. Ya hay murmullos de descontento que se amplifican en los corredores. No sorprendería que las frustraciones comiencen a salir a la luz.
Stephen Harper se enfrentará a las consecuencias de su estilo cerrado de gestión. Dirigió a su ejecutivo con mano de hierro y no siempre cultivó el afecto de sus miembros. Una crisis prolongada y los temores de una elección difícil podrían fácilmente socavar esa lealtad.
– Thomas Mulcair-

A menudo hablamos de la mitad de período de gobierno, pero el líder del NDP está también de alguna manera en la mitad de su mandato.
Desde que asumió el cargo de líder del Nuevo Partido Democrático, Thomas Mulcair puede alegrarse de haber consolidado la mayor parte de su apoyo . En este sentido, hay que recordar cómo, después de su elección, muchos cuestionaron su capacidad de unidad dentro del NPD. Un año y medio más tarde, se puede decir misión cumplida
Si el escándalo del Senado le ofreció a Thomas Mulcair la oportunidad de demostrar que se ha convertido en un gran líder de la oposición en Ottawa, aún debe convencer a los canadienses de que él está listo para convertirse en el Primer Ministro y que su partido está preparado para gobernar.
El camino hacia el 2015 no iba a ser fácil para el NPD , pero la llegada de Justin Trudeau, a la cabeza del Partido Liberal, está seriamente enturbiando las aguas. Ampliamente subestimado por sus oponentes, en un par de meses se las arregló para obtener apoyos a derecha e izquierda, y destronar al NDP a la cabeza de las elecciones en Quebec.
A juzgar por la última campaña de los conservadores: su oponente en 2015 será Justin Trudeau , no Thomas Mulcair .
El desafío es enorme para el líder del NDP, porque tiene que luchar tanto en el plano de las ideas como en el de las percepciones. Thomas Mulcair debe captar a los electores seducidos por el carisma de Justin Trudeau y convencer a los que se sienten seguros por la determinación y el enfoque racional de Stephen Harper.
– Justin Trudeau-

Nueve meses después de su elección como jefe del partido, Justin Trudeau sigue desconcertando a los escépticos. Su partido sigue a la cabeza en las encuestas, recoge más dinero, y esto, a pesar de la confesión del líder sobre su consumo de marihuana, y de sus repetidas ausencias en los Comunes.
¿Cuánto tiempo va a durar? Nadie lo puede predecir. Esta luna de miel ¿se encuentra al borde del cansancio o el líder liberal puede continuar navegando sobre su carisma?
El año 2014 deberá proporcionar una respuesta a esta pregunta.
Por otra parte, el Congreso del PLC a finales del mes de febrero ofrecerá una oportunidad de oro al líder liberal para demostrar que tiene ideas innovadoras y modernas, que es capaz de dar respuestas a problemas complejos de esta clase media tan cortejada por todos.
Justin Trudeau sigue diciendo que primero debe ir al encuentro de todos los canadienses, pero para unirlos, deberá proporcionar una cierta coherencia a su oferta política.
La barra es tan elevada para él , que, después de haber resistido los ataques de los conservadores, habiendo logrado imponerse, habiendo obtenido apoyos a izquierda y derecha , Justin Trudeau será el blanco de todos este año 2014.
Su juicio, sus ideas, su perspicacia política serán puestas a prueba.
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