Durante la semana me dedico a recorrer los callejones, las avenidas virtuales, los sitios extraños en la red del Internet en busca de cine canadiense. Lo que encuentro llega a esta crónica de domingo. Dejo en claro que los videos no son responsabilidad de Radio Canadá Internacional. Los hallazgos suelen ser interesantes. A veces se encuentra una película canadiense en un servidor de algún país de la antigua Unión Soviética, o en el sitio de un discreto y fanático seguidor brasileño del cine en estas regiones boreales.
En esta ocasión quiero presentarles uno de los trabajos de Guy Maddin, director canadiense que se caracteriza por un cine que explora las posibilidades del montaje.
En estos días en que buena parte de América del Norte estuvo sufriendo los rigores del llamado vórtice polar, busqué una película en la que se ve una imagen singular: una manada de caballos trata de cruzar un río en Winnipeg, pero el frío es tal que los caballos acaban congelados, con las cabezas emergiendo como estatuas sobre el hielo del rio congelado. La película se llama My Winnipeg (2009), que es además la ciudad natal de este director de cine canadiense, quien señaló que una de sus influencias en su arte es el trabajo del cineasta español Luis Buñuel.
En 2005 presentó una película corta: My Dad is 100 Yeras Old, Mi papá tiene 100 años. De una duración de menos de veinte minutos, presenta en blanco y negro un homenaje al director de cine italiano y figura central del neorrealismo, Roberto Rossellini (1906-1977).
Esta película fue realizada con la participación de Isabella Rossellini, quien va recordando y reflexionando sobre la figura de su padre, Roberto, y de paso a su madre, la actriz Ingrid Bergman, conocida por su papel películas como Casablanca (1942) y Por quién doblan las campanas (1943), adaptación cinematográfica de la novela de Ernest Hemingway.
Esta corta película ofrece a la vez un ejercicio de estilo, una rememoración del padre así como un juicio de su estética cinematográfica. La propia Isabella Rossellini encarna a distintos directores de cine, como David Selznick (Lo que el viento se llevó, 1939), Federico Fellini (8 ½, 1963), Alfred Hitchcock (Vértigo, 1958) y el propio Charles Chaplin (Tiempos Modernos, 1936), que van enjuiciando y valorando el cine de Roberto Rossellini.
Esta corta película es un conmovedor homenaje de una hija a su padre mediante un medio y un director que los ha reunido: el cine de Guy Maddin.
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