Tiene España a sus pies, y Canadá en su corazón. Avanza en la vida con esa seguridad propia de aquel que sabe que la misma está hecha de puertas que se abren, de oportunidades, no de prejuicios. Le da lo mismo ser dibujante en Bruselas, camarero en un restaurante de Montreal u hombre de negocios. Esta actitud ante la vida le permite a Diego sortear obstáculos con una facilidad sorprendente. Con confianza. Esto lo descubrió y lo puso en práctica viviendo en Montreal.
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Diego Arnedo llegó a Canadá hace 20 años. Cuando se casó con una quebequense en el 2008 se fue de luna de miel al pueblo de su abuelo en España, Cervera del Río Alhama. El país estaba en una crisis económica profunda. Los jóvenes del pueblo se habían ido, los que quedaron tenían en promedio entre 55 y 60 años. Ese pueblo que fabrica alpargatas de manera tradicional le abrió los ojos y el corazón a Diego. Para poner un negocio de alpargatas en Montreal y permitir a una generación de mayores poder vivir de su trabajo.
“No tenía dinero, era camarero, me casé, y decidí vender alpargatas. Ahorré durante seis meses, pedí préstamos, me endeudé y le compré 1000 alpargatas al pueblo de Cervera del Río Alhama, un pueblo de la provincia de La Rioja, España, que tiene una población de 1000 habitantes”.
Así comenzó la historia de la venta de alpargatas tradicionales en Montreal fabricadas como lo hacen desde hace siglos en España.
En la entrevista Diego explica el proceso de fabricación de la alpargata hasta su puesta en venta.
Cómo se confecciona la alpargata tradicional.
Es muy interesante además escucharle contar la historia del surgimiento de ese calzado popular.
La suela de cuerda, típica de la alpargata, explica Diego, la hacían los chinos, los egipcios hace unos 4 000 años.
En el siglo XIII fue utilizada por los soldados a pie del rey de Aragón. El nombre « alpargata » viene de la palabra « esparto », una clase de yute utilizado originalmente para fabricar las suelas.
La alpargata tradicional proviene del sur de Francia y de España.
Hacia 1950, la evolución de la moda lleva a los fabricantes de alpargatas a darle un nuevo giro, con un diseño más sofisticado y adaptado a la moda. En 1960, el diseñador Yves St-Laurent, uno de los modistos más célebres de la época, presentó un modelo particular para las fiestas de Paris. Creó un modelo con tacón, que revolucionó el género. Lanzó una nueva moda. Hoy día, casi todas las mujeres poseen un par de alpargatas con tacón, con lazos que se atan al tobillo.
Este calzado fue llevado a la zona del Río de la Plata por los inmigrantes españoles y franceses vascos, hacia la tercera década del siglo XIX, siendo adoptado por los trabajadores rurales en sustitución de la bota de potro.
La alpargata auténtica
Diego cuenta que antes de comenzar con el negocio se fue a visitar todas las tiendas en donde se vendían alpargatas, tanto en Canadá como en EEUU. Descubrió que todas eran made in China y Bangladesh. Bastante mal hechas y más caras que las suyas.
Entonces se preguntó: “¿cómo era posible que una alpargata hecha en Bangladesh sea vendida en una tienda importante a 55 dólares cuando yo la vendo a 25? En mi negocio yo muestro a la abuela que las cose, al señor que hace la suela, de donde viene la tela, que es 100 % hecha en España. Soy el único en Norteamérica en tener la auténtica alpargata española”.
El negocio de Diego Arnedo es familiar. Su madre y su esposa trabajan a su lado desde el inicio de esta aventura.
Quien sabe entonces por los caminos que lo llevarán las alpargatas en este sueño canadiense!
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