Los egipcios comenzaron a votar en un referéndum para validar una nueva Constitución y legitimar el régimen militar surgido a partir del derrocamiento del presidente islamista Mohamed Morsi en julio pasado.
En total, 52 millones de personas están llamadas a las urnas, en dos días de votación, hoy y mañana. Hay habilitados 30.317 colegios electorales y el ejército ha desplegado a 16.000 soldados para protegerlos. El día también ha arrancado con protestas convocadas por partidarios del presidente depuesto Mohamed Morsi y la cofradía de los Hermanos Musulmanes
El referendo se considera en realidad una prueba para la legitimación del golpe de Estado y la hoja de ruta impuesta por los generales, que tras la consulta constitucional prevé elecciones legislativas y presidenciales. El comandante de las Fuerzas Armadas, el general Abdel Fatah al Sisi, considera ahora si aspirará a la presidencia.
Esta es la tercera consulta constitucional desde 2011. En marzo de aquel año, tras la caída del régimen de Hosni Mubarak, los egipcios votaron a favor de una serie de enmiendas constitucionales que abrieron el camino a la democracia, con un 41% de participación.
Posteriormente los Hermanos Musulmanes ganaron las diversas elecciones convocadas y redactaron una nueva constitución que fue elegida en las urnas con una afluencia del 33%.
Ahora los generales y el gobierno interino esperan una participación masiva para lograr la legitimación a posteriori del golpe de Estado, la proscripción de los Hermanos Musulmanes y los cambios impuestos en los pasados meses. Cientos de personas han muerto en diversas operaciones militares sucesivas contra las protestas islamistas.
Explosión en El Cairo

Los Hermanos Musulmanes, por su parte, llamaron a un boicot del referéndum. Sin embargo, desacreditados por sus años en el poder y por la campaña de propaganda, que desde su caída, los acusó de todos los males de Egipto, ellos no tienen más el peso que les permitió ganar las cinco elecciones anteriores desde la caída de Hosni Mubarak, hace tres años.
Prácticamente ninguna fuerza política ha llamado a votar «no» en el referéndum. Los únicos que se arriesgaron, los activistas del partido Egipto fuerte, dirigido por un disidente de la Hermandad, fueron arrestados por posesión de carteles y folletos, según organizaciones de derechos humanos.
Periodistas extranjeros, sobre todo los corresponsales anglófonos de la cadena qatarí Al-Jazeera, acusada por El Cairo de estar a sueldo de los Hermanos Musulmanes, han sido también encarcelados por «terrorismo».
A pesar de las medidas de seguridad impuestas, una explosión se escuchó el martes cerca de un tribunal del distrito popular de Imbaba de El Cairo, antes del inicio de la votación. No se ha informado sobre víctimas.
Declarada «organización terrorista» por las autoridades el 25 de diciembre después de un ataque reivindicado por un grupo yihadista Sinaí, la Hermandad Musulmana niega estar detrás de la violencia que sacudió al país casi a diario en los últimos meses.
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