Casi el 20% de los cubanos tiene más de 60 años y en un futuro próximo un tercio de los habitantes de la isla serán personas de la tercera edad. El último censo de población pone sobre la mesa uno de los problemas más complejos que enfrenta Cuba, que las autoridades ahora empiezan a reconocer.
«La sociedad se tiene que preparar para el envejecimiento», dijo el vicepresidente Marino Murillo a los diputados en diciembre pasado, agregando que esa tendencia «ya no tiene solución, eso va a ocurrir y no se puede transformar en el corto plazo».
La situación ha llegado al extremo de que hoy es mayor el número de ancianos que el de los niños y adolescentes. Inciden en esta realidad la reducción de la natalidad, el aumento de la esperanza de vida y, en menor medida, la emigración de jóvenes.

Entre los diferentes retos que enfrenta una sociedad tan envejecida, uno de los más complejos es la atención de las personas de la tercera edad. La prolongación de la vida hace que hoy haya ancianos cuidando de sus padres, casi centenarios.
Económicamente implica que cada año aumenta el número de jubilados a la par que disminuye el de ciudadanos en edad laboral. El gobierno remodela los asilos y las Casas del Abuelo pero la realidad es que las plazas se quedan muy por debajo de las necesidades
Cuba cuenta con proyectos interesantes para la tercera edad como la Universidad del Adulto Mayor, donde estudian jubilados, la práctica generalizada de ejercicios como el Tai Chi o las Casas del Abuelo, en las que los ancianos pasan el día mientras sus hijos trabajan.
Estos centros son una solución para apoyar a las familias. Allí se relacionan con gente de su edad, hacen ejercicios, comen y juegan, nada de esto se paga pero solo hay 230 casas, con capacidad para cubrir apenas una tercera parte de las necesidades de la sociedad

Los asilos de ancianos también son gratuitos pero en todo el país existen 127, con un total de 9.000 camas. El gobierno planea construir nuevos 13 asilos y 140 Casas del Abuelo antes del 2015 pero sigue siendo poco para un país con más de 2 millones de adultos mayores.
Cuba no está preparada aún para atender a una población tan envejecida. En las ciudades abundan las barreras arquitectónicas, las jubilaciones son insuficientes, no hay un transporte colectivo adecuado, las Casas del Abuelo son escasas y los asilos tienen una capacidad mínima.
BBC Mundo
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