El problema de la adicción a internet que azota al mundo está llegando a un punto donde cualquier intento para contrarrestarla es tenido en cuenta. Fue en Estados Unidos donde el psicólogo Ivan Goldberg comenzó a popularizar el término “adicción a internet” en el año 1995. Dieciocho años después, sin ser definido oficialmente por la comunidad científica y sin ser parte del DSM5 (última edición del manual estadístico de los trastornos mentales), la “ciber-adicción” se define como una “patología a revisar”, aunque ya existen numerosos centros médicos y hospitales que tratan este tipo de “adicción”. China es el primer país en etiquetar el uso compulsivo de internet como un “trastorno clínico” y en establecer oficialmente centros de readaptación social para tratar de curar este comportamiento.
EscucheLa adicción a internet fue definida como la incapacidad extrema para dejar de usar la red de redes, una conducta que puede afectar la vida del individuo en muchos aspectos, entre ellos el social, familiar y en el plano personal. Generalmente, el perfil de un adicto a Internet es el de una “persona joven y muy inteligente, con un nivel importante de timidez y que padece de baja autoestima”. Un importante número entre ellos, están obsesionados con los juegos en línea por sobre las redes sociales o la pornografía.
En un documental del periódico estadounidense “New York Times” titulado “Junkies Web” (Adictos a la Red), dos cineastas chinos se introdujeron en el Camp Daxong, en Pekin, una de las primeras de varias instalaciones correccionales de rehabilitación para adictos a internet del país oriental.
Video Documental del diario «New York Times» sobre los adictos a Internet en China
Básicamente, en estos campamentos, se implementa un sistema de disciplina militar, en el cual los jóvenes permanecen encerrados y sometidos a escrupulosos reglamentos para poder combatir la adicción. Los adictos, que en su mayoría son adolescentes que fueron ingresados por sus padres en contra de su voluntad, deben permanecer recluidos en “celdas” y aislados de todo contacto tecnológico. Los “pacientes” solo tienen contacto con la tecnología cuando están bajo un estricto monitoreo por parte de los terapeutas. Cada mañana son atendidos por un grupo multidisciplinario de profesionales con los que comparten sus inquietudes y analizan el avance del proceso de “desintoxicación digital”. El tratamiento puede durar tres o cuatro meses. Dentro del proceso, los jóvenes son sometidos a un entrenamiento físico estricto, y las horas de sueño y la dieta son reguladas cuidadosamente. Estas técnicas son utilizadas en China también para corregir trastornos de conducta, esencialmente para tratar de volver a conectar a los pacientes con la realidad que los rodea.
Tao Ran, director del centro donde se llevó a cabo este documental, asegura que la tasa de éxito del tratamiento es de aproximadamente un 70%, y afirmó que no se inquieta por lo que la sociedad pueda pensar de lo que se realiza en el instituto puertas adentro, por más cruel que parezca.
La necesidad compulsiva de entrar en Internet de manera excesiva ya ha ocasionado decenas de muertes en diversos países, y uno de ellos en China, donde algunas personas han perecido por un cuadro agudo de agotamiento luego de pasar varios días seguidos jugando en línea sin parar. En otros casos, este tipo de adicción puede provocar depresión, obesidad, trombosis venosa, el síndrome del túnel carpiano, que es una afección en la cual hay presión sobre el nervio mediano, el nervio de la muñeca que proporciona sensibilidad y movimiento en algunas partes de la mano.
Lo cierto es que todavía no existe un verdadero consenso mundial entre los expertos sobre lo que constituye una “adicción a internet”. Lo que sí está claro es que el problema no se limita a China. El uso excesivo de la tecnología se está convirtiendo en una preocupación mundial. Y en definitiva, lo que hay que encontrar son formas efectivas para lograr moderar el uso de la tecnología y proporcionar ayuda a quienes la necesitan.
Fuente: The New York Times
Por razones que escapan a nuestro control, y por un período de tiempo indefinido, el espacio de comentarios está cerrado. Sin embargo, nuestras redes sociales siguen abiertas a sus contribuciones.