Creo que nunca les he hablado tanto del invierno como esta semana. Hoy les cuento otra historia invernal. El 27 de diciembre pasado, 4 jóvenes, 3 hombres y una mujer, salieron del barrio Ahuntsic en el norte de Montreal con destino a Kuujjuaq, Nunavik, en el lejano norte de la provincia de Quebec.
Dicho de esa forma, la historia parece no tener nada de extraordinario. Pero la idea de estos 4 intrépidos aventureros invernales no es de ir en carro, ni en avión, ni en tren a ese lejano lugar quebequense. La idea es de recorrer en 4 meses unos 2000 kilómetros en esquí de fondo, esquí nórdico o esquí a campo traviesa, como también se le conoce.
Ellos llaman a su experiencia “El proyecto Karibú” y se inspiraron de otra travesía parecida realizada por 5 hombres en 1980 que decidieron esquiar desde el Mont Tremblant hasta Fort Chimo, Kuujjuaq.
El equipo está compuesto por Jacob Racine, Bruno-Pierre Couture, Sebastien Dugas y Marie-Andrée Fortin. Estos cuatro jóvenes son profesionales de la vida al aire libre y trabajan como guías turísticos. La aventura es ambiciosa y para gente como nosotros, un poco más conservadora, menos atlética y mucho más intimidada por el frío del invierno quebequense, podríamos decir que hasta peligrosa.
El grupo de guías de turismo de aventura de Quebec, quiere pasar el mensaje a los jóvenes sobre los beneficios de una sana alimentación, la importancia de la actividad física y sobre los medios para sobreponerse a las dificultades que se puedan presentar en un proyecto de esta envergadura. Todo esto por intermedio de conferencias y talleres. En fin, de mostrarles a los jóvenes que es posible realizar sus sueños, poco importa su naturaleza.
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