La Autoridad del Canal de Panamá, ACP, rompió el diálogo que trataba de resolver la disputa, sobre los altos costos de la construcción, con el consorcio internacional encargado del multimillonario proyecto de expansión del canal.
En efecto, el Grupo Unidos por el Canal (GUPC), que lideran la española Sacyr y la italiana Impregilo, anunció hoy que la ACP rompió las negociaciones, pero que el consorcio «sigue buscando una solución de financiación» para terminar las obras de ampliación de la vía en 2015.
La ruptura de las negociaciones pone «en riesgo inminente» la expansión del Canal de Panamá y hasta 10 mil puestos de trabajo, según un comunicado del consorcio, que subraya que «sin una solución inmediata» las partes se «enfrentarán a años de disputas ante los tribunales sobre los pasos que han llevado el proyecto al borde del fracaso».

El plazo que se dieron cliente y contratista para resolver la crisis suscitada por la falta de liquidez del consorcio, intentaba evitar el abandono de las obras con el que amenazó GUPC, si no se reconocían los sobrecostos asumidos, que calculó en $1,600 millones.
La de ayer fue una jornada marcada por el hermetismo, aunque durante buena parte del día las informaciones apuntaban a la cercanía de un acuerdo, lo que contribuyó a que las acciones de Sacyr ganaran más de 6% en la bolsa. El propio presidente, Ricardo Martinelli, adelantó una posible “feliz conclusión” del conflicto. Pero bien adentrada la noche, se informó que la reunión terminaba sin éxito.
Por otra parte, el embajador panameño en España, Roberto Eduardo Arango, aseguró ayer en Madrid que el Canal de Panamá y sus administradores «tienen que tener opciones claras sobre la mesa» que pasarían incluso por un «Plan B».
Aunque no habido respuesta, el consorcio subraya hoy en la nota que se sigue buscando «una solución integral» y se invita «de nuevo» a la colaboración para la resolución del conflicto. Todo ello en medio de los rumores que apuntan a contactos entre las autoridades del Canal de Panamá y la constructora estadounidense Bechtel, que perdió el contrato frente al consorcio liderado por Sacyr.
BBC Mundo / La Prensa
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