Giuliana Fumagalli es una trabajadora canadiense del Servicio de Correos de Canadá. Ella está llevando adelante una campaña de información en torno a las intenciones de gobierno conservador del primer ministro Stephen Harper de hacer desaparecer el servicio de entrega de cartas a domicilio y de hacer desaparecer miles de puestos de trabajo en este servicio público.
El plan del gobierno canadiense es poner fin a la distribución a domicilio del correo en las grandes ciudades del país en los próximos 5 años. Será el fin de los carteros.
Uno de los argumentos para justificar esta decisión es la reducción del número de cartas que distribuye el servicio postal, que entre 2006 y 2012 disminuyó de 5.000 a 4.000 millones de cartas. A esto se suma la intensa competencia de los servicios privados de mensajería.
En su lugar, la Oficina de Correos de Canadá instalará lugares de recolección en las distintas regiones y localidades, obligando a la población a desplazarse para recibir su correo.
La Oficina de Correos aumentará también de forma substancial el precio de las estampillas a partir del 31 de marzo de 2014, cuyo precio pasará de 0.63 centavos a un dólar por unidad y a 0.85 centavos si se compra en carnet de 10 o más estampillas.
La corporación estatal quiere así mejorar el estado de sus finanzas que se encuentran en caída libre desde hace varios años, algo que es desmentido por la trabajadora canadiense del Servicio de Correos de Canadá, Giuliana Fumagalli, quien destaca que el Servicio Postal es una entidad rentable y que actualmente es víctima de una serie de medidas de parte del gobierno que buscan socavarla.
Otra de las decisiones impulsadas por el gobierno canadiense es la eliminación de entre 6.000 a 8.000 puestos de trabajo en los próximos años. La corporación estatal Correos de Canadá estima que cerca de 15.000 empleados se jubilarán o abandonarán la empresa en el transcurso de los próximos 5 años.
La ministra federal de Transporte Lisa Raitt argumentó que esa reforma permitirá a Correos de Canadá cumplir con su mandato, permitiéndole al mismo tiempo reanudar con la viabilidad financiera y proteger a los contribuyentes.
Según la trabajadora Giuliana Fumagalli, la Oficina de Correos de Canadá, además de aportar al erario público, tiene el potencial de ofrecer servicios financieros a través de sus más de 6.500 oficinas en todo el país. Ella destaca que la población debe movilizarse para defender una institución que no es deficitaria, que es un factor de cohesión nacional y que pertenece a todos los canadienses.
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