
Mateo Pablo, un líder indígena maya muy conocido en Canadá, lanzó un llamado a quienes quisieran ayudarlo a reconstruir el pueblo que sus hermanos mayas tuvieron que abandonar luego de que los militares realizaran la masacre.
El llamado fue entendido y se pudieron conseguir recursos para construir viviendas, salas comunales y equipos básicos para la comunidad.
Mateo vive en tierras canadienses, desde hace muchos años, pero sigue luchando para que el mundo conozca la realidad que vivieron –él y los de su comunidad- en lo que se conoce como “el genocidio contra los mayas de Guatemala”.
Martín Movilla habló con Mateo Pablo sobre lo que han logrado construir en su pueblo de origen.
La masacre de Petanac
El 14 de julio de 1982, un batallón del ejército de Guatemala irrumpió en la comunidad maya de Petanac para incendiar las casas y asesinar a sus habitantes. 78 de los 92 indígenas de la comunidad perdieron la vida en la incursión armada.
A pesar de las pruebas y los testimonios de los sobrevivientes, la justicia guatemalteca esperó décadas antes de ocuparse del caso y tratar de condenar a los responsables.
Mateo Pablo perdió a su esposa, sus hijos, sus padres y todos sus amigos como consecuencia de la masacre. Su trabajo de sensibilización llevó a que en Canadá mucha gente se interesara en el tema de los Derechos Humanos de los pueblos indígenas guatemaltecos.
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