Los militantes de Greenpeace llevaron a cabo una nueva acción en Montreal.
Los activistas convirtieron la cruz de Mont-Royal, situada en la montaña del centro de la ciudad de Montreal, Quebec, en la balanza de la justicia. La parte más pesada de la balanza tiene el logo de la empresa forestal Productos forestales Resolu y la parte más ligera tiene la palabra “bosque”.
Los activistas quieren denunciar lo que ellos definen como un desequilibrio entre el poder de las empresas forestales frente a la escaza protección que se le ofrece a los bosques quebequenses, explicó el portavoz del organismo Nicolas Mainville en el canal de noticias de Radio-Canada, RDI.
“Urge pasar a la acción”, dice Mainville. “Hay un desequilibrio profundo entre nuestros bosques públicos en Quebec, ya que apenas el 5% de nuestros bosques están protegidos y el 90% del territorio asignado a la industria forestal ya ha sido cortado o fragmentado.
Greenpeace estima que la tala rasa amenaza los ecosistemas, ciertas especies de animales, encima de pisotear los derechos de las Primeras Naciones.
El organismo quiere aprovechar la campaña electoral en Quebec para forzar a los partidos políticos a precisar su posición en este sentido.
En noviembre pasado, tres militantes de Greenpeace escalaron la estructura de Biosfera para desplegar una banderola sobre la cual se leía, “liberen a nuestros activistas”, con el objetivo de interpelar al gobierno canadiense.
Los militantes hacían referencia a los 30 colegas que habían sido encarcelados en Rusia tras haber sido arrestados en el transcurso de una operación contra una plataforma petrolera rusa en septiembre último. Inicialmente acusados de piratería, los activistas recibieron una reducción de sus acusaciones y finalmente fueron liberados un poco antes de los Juegos Olímpicos de Sotchi.
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