Las instituciones militares, parlamentarias y judiciales de Venezuela cerraron filas detrás del presidente Nicolás Maduro, para reaccionar con dureza contra los diversos movimientos de oposición que sacuden al país.
La Corte Suprema venezolana condenó a un alcalde opositor de una ciudad fronteriza a un año de prisión por no haber retirado las barricadas instaladas por manifestantes antigubernamentales. La semana pasada las autoridades judiciales enviaron a otro alcalde a la prisión por las mismas razones.
El presidente venezolano Nicolás Maduro acusó repetidamente a los manifestantes de querer derrocarlo mediante un golpe de Estado, recordándole a la oposición que las elecciones municipales celebradas en diciembre fueron ganadas mayoritariamente por los candidatos pro-gubernamentales.
Maduro anunció el pasado martes la detención de tres generales de la fuerza aérea, acusándolos de planear un golpe de Estado.
Por su parte, el ejército venezolano juró su lealtad al presidente, destacando su continuo apoyo al gobierno. Las fuerzas armadas de ese país se comprometieron a continuar protegiendo al pueblo, a salvaguardar la soberanía del país y apoyar al presidente constitucionalmente elegido por la mayoría de los venezolanos.
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