Exactamente a cuatro semanas de haber presentado en Ottawa el proyecto de ley C- 23 que modifica las leyes electorales de Canadá, el ministro de la cartera, Pierre Poilievre, acusó al director electoral de hacer afirmaciones «sorprendentes» y “falsas” sobre la legislación en un “intento desesperado de aumentar su poder y su presupuesto”.
Poilievre hizo estas declaraciones ante el Comité de asuntos legales y constitucionales del Senado este martes. Esa instancia puso en marcha un «estudio preliminar» del proyecto de ley antes de que la Cámara de los Comunes considere enmiendas o su aprobación.
Polievre cree que el director electoral, Marc Mayrand, «quiere más poder, más presupuesto y menos rendición de cuentas.»
Semejantes acusaciones provocaron la condena severa de parte de la oposición en el Parlamento.
El líder de la oposición, Tom Mulcair, declaró que las acciones de Polievre son un ataque cobarde y sin fundamento.
«¿Pedirá el Primer Ministro disculpas a los parlamentarios y a Marc Mayrand, por ese ataque cobarde y sin fundamento contra el responsable electoral de Canadá?” exigió el líder neodemócrata en Ottawa, Tom Mulcair.
Esquivando la demanda, Stephen Harper respondió felicitando a Philippe Couillard, el líder del Partido Liberal de Quebec, por su victoria la noche del lunes en la elección provincial .
Mayrand ha sido un blanco favorito de los conservadores y del ministro junior Poilievre en particular.
Sheila Fraser , la ex auditora altamente respetada que destapó el escándalo de los gastos de patrocinio indebidos del gobierno liberal anterior, defendió la integridad e imparcialidad de Mayrand, respondiendo inteligentemente al trato humillante de Poilievre hacia un oficial del Parlamento.
«Nosotros no tomamos estos puestos de trabajo para ganar concursos de popularidad. Hacemos nuestro trabajo con objetividad», dijo Fraser al Comité de asuntos legales y constitucionales del Senado.
Por otra parte, Fraser destacó que el ataque de los conservadores contra Mayrand es motivo de preocupación para los siete oficiales independientes del Parlamento, incluyendo el auditor general.
«Este tipo de acusaciones no sirve a ninguno de nosotros. Más bien socava la credibilidad de estas instituciones y si esto continua, al final vamos a pagar todos porque nadie tendrá fe ni en el gobierno, ni en los oficiales electorales ni en nuestro sistema democrático», dijo finalmente Sheila Fraser.
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