La mexicana Geraldine Eguiluz llegó con su música a Canadá en 2006. Desde entonces su búsqueda artística y sus presentaciones ante el público se han convertido en parte integrante de la escena musical montrealense.
Esta semana, bajo la etiqueta musical Malasartes, que es un esfuerzo del músico canadiense Damián Nisenson, la artista mexicana-canadiense Eguiluz presentó su nuevo álbum, titulado “Rudbedo’ro” en la ciudad de Montreal.
Dejando el estilo de la música improvisada, en este nuevo álbum Eguiluz se acerca más al jazz experimental y al minimalismo, aunque ella prefiere definir su música como “inclasificable”.
Ella describe que entre su primer y segundo álbum se ha producido un acercamiento del público y que hay un mayor auditorio melómano para su música.
La virtud de la música de Eguiluz es que pone en cuestión los registros musicales asimilados por quien la escucha. Es una música que no se deja capturar por las categorías y la fuerza de los hábitos musicales. Lo que hace más bien es invitar a quien la escucha a seguirla por los caminos de la voz y las cuerdas, y a dejarse sorprender.
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