En el año 2000 un canadiense intentó suicidarse en Ottawa. Fue hallado aún con vida en un parque público de la capital. Era el militar canadiense Romeo Dallaire, quien comandó la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas para Ruanda, UNAMIR, por sus siglas en inglés. Esta fue una misión de la ONU para la implementación del Acuerdo de Paz de Arusha, que se firmó el 4 de agosto de 1993 con el fin de terminar la Guerra Civil de Ruanda.
Fue bajo su comando que se produjo una de las mayores masacres en suelo africano, el Genocidio de Ruanda, en 1994.
https://www.youtube.com/watch?v=zK6z2VK74OI
De acuerdo a las revelaciones ante el Tribunal Penal Internacional para Ruanda, ese genocidio fue brutal. A partir del 7 de abril de 1994, y durante cien días, fueron asesinadas entre 800.000 y 1.171.000 personas de las etnias tutsis, hutus moderados y twa. Más de dos millones de personas fueron desplazadas internamente o hacia países vecinos.
El comandante canadiense de los cascos azules, Romeo Dallaire fue enviado a Ruanda en octubre de 1993. Meses más tarde, a partir de abril de 1994, fue testigo impotente de ese genocidio. Y lo que vio le abrió las puertas de un infierno: el trastorno por estrés postraumático, una condición que siempre es un peligro para su salud física y emocional.
¿Qué fue lo que vio y vivió Romeo Dallaire en esos trágicos cien días en Ruanda? La película Shake Hands With the Devil, Saludando al diablo, presentada en el Festival Internacional de Cine de Toronto en 2007, nos presenta una versión de lo sucedido.
Dirigida por el británico-canadiense Roger Spottiswoode, y filmada en Kigali y Canadá, la película se abre con la imagen de un Romeo Dallaire psicológicamente destrozado frente a una psicóloga que busca ayudarle a salir de ese cuarto negro del horror, que es la memoria de lo que vio.
Es el actor quebequense Roy Dupuis quien toma el rol de Dallaire en la película. El parecido físico entre el actor y el propio ex comandante canadiense de los cascos azules en Ruanda es impresionante.
Uno de los temas que se destaca en la película es su implacable denuncia de la inacción de organizaciones como Naciones Unidas y los países con capacidad de acción, como Estados Unidos y los países europeos, para evitar ese genocidio. Una y otra vez, Dallaire recibe las órdenes desde Nueva York de no intervenir en el conflicto.
A veinte años de ese genocidio, esta semana en varias ciudades de Canadá los sobrevivientes de esa matanza conmemoraron esa tragedia. Por otro lado, al horizonte, se pueden ver los primeros signos de que otra masacre está ocurriendo en la República Centroafricana.
https://www.youtube.com/watch?v=d3r7moVg8iA
Según Amnistía Internacional, una «limpieza étnica» de los musulmanes se está llevado a cabo en la parte occidental de la República Centroafricana, la parte más poblada del país, desde principios de enero de 2014.
Comunidades musulmanas enteras se han visto obligados a huir, y cientos de civiles musulmanes que no lograron escapar fueron sido asesinados por las milicias conocidas como anti-balaka.
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