El gobierno federal canadiense decidió ordenar el retiro de circulación inmediato de unos 5.000 vagones cisterna viejos como parte de la adopción de mayores medidas de seguridad ferroviaria, recomendadas por el Consejo de Seguridad del Transporte.
La ministra federal de Transporte, Lisa Raitt, dijo que los vagones cisterna más viejos y que tengan la menor resistencia a los choques deben ser retirados de las vías férreas inmediatamente.
Raitt también declaró que aquellos vagones cisterna que transportan petróleo crudo y etanol que también sean antiguos deberán ser retirados paulatinamente o modernizados en un plazo de tres años.
Las empresas de transporte ferroviario también tendrán la obligación de preparar planes de respuesta a cualquier situación de emergencia causada por aquellos trenes que transporten productos derivados del petróleo, desde el crudo al diésel.
Los planes de emergencia en caso de accidentes ferroviarios serán mejorados en todo el país a través de un grupo de trabajo conjunto que incluirá a los municipios, empresas ferroviarias y los servicios de urgencia.
Las medidas fueron establecidas en respuesta al catastrófico descarrilamiento e incendio ocurrido el verano pasado en la pequeña localidad de Lac Mégantic, que cobró 47 vidas y destruyó parte del centro histórico del pueblo.
Las preocupaciones en torno a la seguridad de los vagones cisterna, conocidos como el DOT-111, se remontan a por lo menos veinte años.
El vagón cisterna DOT-111 es considerado como la bestia de carga del equipo ferroviario en América del Norte, ya que constituye alrededor del 70 por ciento del inventario de vagones cisterna en servicio en las vías férreas.
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