La Iglesia Católica tiene ahora dos santos adicionales en sus filas. Los papas Juan XXIII y Juan Pablo II, dos grandes figuras de la Iglesia del siglo pasado, fueron canonizados el domingo en Roma, frente a cientos de miles de fieles reunidos en la Plaza de San Pedro.

En una histórica ceremonia dos Papas vivos concelebraron para canonizar a los dos grandes pontífices del siglo XX.
Francisco proclamó santos a Angelo Roncalli, italiano, y Karol Wojtyla, polaco junto al emérito Benedicto XVI con quien concelebró la misa.

La ceremonia —concelebrada por 150 cardenales y 700 obispos ante la presencia de 24 jefes de Estado— fue seguida en directo por más de 800.000 peregrinos por pantallas instaladas en las principales plazas de Roma.
La proclamación se produjo al inicio de la ceremonia. El cardenal Angelo Amato, prefecto para la Congregación para las Causas de los Santos, presentó ante el papa Francisco las tres peticiones de la doble canonización tal como dicta el ritual: primero con “gran fuerza”, a continuación con “mayor fuerza” y, finalmente, con “grandísima fuerza”.
Como respuesta, el Papa pronunció la fórmula: “En honor de la Santísima Trinidad, por la exaltación de la fe católica y el incremento de la vida cristiana, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo y de los santos apóstoles Pedro y Pablo, después de haber reflexionado largamente e invocado la ayuda divina y escuchando el parecer de muchos de nuestros hermanos obispos, declaramos santos a Juan XXIII y a Juan Pablo II”.
De los 266 papas que dirigieron a la Iglesia, unos 80 han sido canonizados.
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