Observadores de Naciones Unidas señalaron en un informe el deterioro de la situación de los derechos humanos en el este de Ucrania y advirtieron la emergencia de serios problemas en Crimea. Así lo informó este viernes la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay.
«Aquellos con influencia sobre los grupos armados responsables de la violencia en el este de Ucrania deben hacer todo lo posible para contener a quienes parecen buscan la desintegración del país», dijo Pillay en un comunicado que acompañó ese informe.
El documento elaborado por 34 observadores, cubre un periodo entre el 2 de abril y el 6 de mayo. Destaca la connivencia de la policía y las autoridades locales en la comisión de actos ilegales y la toma de ciudades por parte de grupos armados en el este de Ucrania, lo que socava las leyes en vigor y las garantías de protección de los derechos humanos.
Ucrania se prepara a celebrar elecciones presidenciales el próximo 25 de mayo.
Según los observadores, unas elecciones justas y democráticas ayudarán a calmar la situación en el país. Sin embargo, varios candidatos informaron de actos de intimidación y ataques. La misión de observación de la ONU señaló su preocupación por la seguridad de estos candidatos.
El informe dio cuenta de «una oleada de secuestros y detenciones ilegales de periodistas, activistas, políticos locales, representantes de organizaciones internacionales y militares».
Los observadores de la ONU buscan verificar informes sobre abusos cometidos por fuerzas del Gobierno ucraniano, señalando la existencia de informes creíbles de personas detenidas por el Ejército, que podrían significar desapariciones forzosas.
Sobre Crimea, el informe expresó preocupación por el tratamiento a periodistas y a minorías sexuales, religiosas y étnicas, así como a los pacientes con sida y ciudadanos que no solicitaron la ciudadanía rusa, por lo que sufrieron acoso e intimidación.
Los ciudadanos que no obtengan el derecho a la residencia en enero de 2015 podrían ser deportados de la península, que mediante un polémico referéndum llevado a cabo el 16 de marzo, hace parte ahora de la Federación rusa.
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