El Papa Francisco y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, intercambiaron algunas palabras este lunes sobre la lengua hablada por Jesús hace 2.000 años.
«Jesús estuvo aquí, en esta tierra. Hablaba hebreo», dijo Netanyahu a Francisco, en una reunión pública en Jerusalén en la que el líder israelí habló de una fuerte conexión entre el judaísmo y el cristianismo.
«Arameo», le corrigió el Papa.
«Él hablaba arameo, pero sabía hebreo», replicó Netanyahu.
Como muchos temas en Oriente Medio, donde se encuentra actualmente el Papa, ya en la última parte de una visita de tres días, el discurso moderno sobre Jesús es complicado y tiene con frecuencia tintes políticos.
Jesús nació en Belén en la región de Judea gobernada por los romanos, territorio que en la actualidad corresponde a la ocupada Cisjordania.
Creció en Nazaret y predicó en Galilea, ambas localidades en el norte de Israel. Murió en Jerusalén, una ciudad venerada por judíos, cristianos y musulmanes, pero que tanto israelíes como palestinos claman como propia.
Los palestinos a veces describen a Jesús como un palestino, algo que los israelíes objetan.
El profesor israelí de lingüística, Ghilad Zuckermann, señaló que tanto el Papa, líder espiritual de 1.200 millones de católicos en el mundo, y Netanyahu, hijo de un reconocido historiador judío, tenían razón.
«Jesús tenía como lengua materna el arameo», dijo este profesor sobre el extinto lenguaje semita relacionado con el hebreo. «Pero también sabría hebreo porque ya existían escritos religiosos en hebreo», agregó.
Zuckermann añadió que durante la época de Jesús, el hebreo lo hablaban las clases bajas, «el tipo de personas a las que él predicaba».
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