Más del 11 % de los hogares canadienses tienen una tasa de radón considerada insegura, y su número sería dos veces más elevado si las normas canadienses fueran tan estrictas como las de la Organización Mundial de la Salud (OMS ) muestran datos federales.
El radón es un gas radiactivo de origen natural procedente de la desintegración radiactiva de pequeñas cantidades de uranio presentes en rocas y suelo, es el responsable de miles de muertes por cáncer de pulmón en el mundo.
El gas se filtra en los edificios a través del suelo y de los sótanos, puede acumularse llegando a niveles elevados, especialmente en espacios cerrados y poco ventilados.
Datos de Salud Canadá analizaron cerca de 14.000 edificios en todo el país que muestran que cantidades peligrosas de radón en el aire se registraron en 1557 hogares canadienses.
El cáncer de pulmón ligado al radón mata a cerca de 3.000 canadienses cada año, según la Sociedad Canadiense del Cáncer. Ese gas radiactivo es inodoro, incoloro y puede causar graves daños a la salud pasando desapercibido durante años . Es la segunda causa de cáncer de pulmón, de acuerdo con Health Canada.
La cantidad de radón contenida en el aire se mide en bequerelios/metro cúbico de aire,
Para ser considerado peligroso por Santé Canada, una tasa de radón en el aire debe alcanzar o superar los 200 Bequerelios por metro cúbico. Sin embargo para la OMS, la tasa de radón en el aire es peligrosa a partir de 100 bequerelios por metro cúbico.
Si Canadá bajara su umbral de tolerancia al de la OMS, 2514 hogares suplementarios mostrarían niveles peligrosamente altos de radón. Su número aumentaría a más de 4.000, o una de cada tres casas.
El número de muertes por exposición a largo plazo al radón es comparable con otras causas de muerte accidental, como intoxicación o incendio, dijo un representante de la Oficina de Protección contra la radiación de productos clínicos y de consumo de Salud Canada, Kelly Bush.
«Hay muchos apatía en cuanto al radón. Es muy difícil conseguir que la gente preste atención, porque no lo podemos ver ni oler ni saborear. »
– Kelly Bush, Oficina de Protección contra la Radiación Productos
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