La familia de una estadounidense encinta desparecida en Afganistán en 2012 con su esposo canadiense recibió dos vídeos el año pasado, en los que la pareja pide la ayuda de Washington para escapar de sus secuestradores talibanes, informó ayer la agencia Associated Press.
Los vídeos presentan el solo y único indicio sobre lo que les sucedió a Caitlan Coleman y Joshua Boyle, después que hubieran contactado a sus familiares hace 20 meses, mientras viajaban en una región montañosa cerca de la capital, Kabul.
Las autoridades estadounidenses, que investigan sobre la desaparición de la pareja, consideran que los vídeos son auténticos, pero estiman que no tienen mucho valor investigativo porque no se sabe cuándo y en qué condiciones fueron filmados.
Los vídeos, que fueron presentados por Associated Press, fueron enviados por correo al padre de Caitlan Coleman en julio y septiembre pasado por un afgano que se presentó como alguien vinculado a los talibanes, pero el que es imposible de localizar desde hace varios meses.
En uno de los vídeos, se ve a Caitlan Coleman vestida con una larga túnica negra que cubre todo su cuerpo, salvo la cara, pidiendo la ayuda a “mi presidente Barack Obama”.
Compungida, la mujer de 28 años pide a su familia y al gobierno estadounidense de hacer todo lo posible para liberarla a ella, a su esposo y su hijo. A su lado, aparece Joshua Boyle con una barba larga. La mujer y el hombre se refieren a su hijo, pero no se le ve en los vídeos y los familiares no saben si se trata de un niño o una niña.
Las familias de los secuestrados decidieron hacer públicos los vídeos a la luz de la publicidad que ha rodeado el rescate, el fin de semana pasado, del sargento Bowe Bergdhal, que fue liberado por los talibanes a cambio de cinco talibanes detenidos en la base de Guantánamo.
Las familias afirman estar decepcionadas que sus hijos y su nieto o nieta no hubieran sido incluidos en el acuerdo de liberación, pero esperan que los gobiernos estadounidense y canadiense favorezcan su liberación por motivos humanitarios.
Caitlan Coleman y Joshua Boyle habían comenzado durante el verano de 2012, un viaje que los llevó a Rusia, Kazajstán, Tayiquistán, Kirguistán y finalmente Afganistán. La pareja tenía la intención de regresar en diciembre del mismo año, antes del parto de Caitlan, pero la comunicación con los familiares se interrumpió bruscamente el 8 de octubre de 2012, cuando Joshua envió un correo electrónico desde un cibercafé situado en una región “peligrosa” de Afganistán, según decía él mismo.
Los últimos retiros bancarios en su cuenta están fechados del 8 y 9 de octubre 2012 en Kabul. Dos meses más tarde, un responsable afgano declaró a Associated Press que la pareja había sido secuestrada en la provincia de Wardak, un bastión talibán.
Los familiares no recibieron ningún pedido de rescate y ningún indicio ha permitido hasta ahora saber por qué siguen siendo mantenidos en cautiverio.
Responsables afganos afirman no obstante, que el hecho que sean occidentales en una región hostil era una razón suficiente para explicar su secuestro.
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