La Asamblea Nacional de Quebec aprobó la Ley 52 que enmarca los cuidados del final de la vida de una persona. Los diputados votaron en una proporción de 94 a favor contra 22. No hubo abstenciones. Debido a la naturaleza delicada de este proyecto de ley, el gobierno del primer ministro liberal Philippe Couillard dejó a los diputados la libertad de votar según su conciencia.
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El proyecto de ley 52 establece las condiciones que permiten a una persona conseguir ayuda médica para morir así como también los requisitos que deben cumplirse antes de que un médico pueda administrársela a un paciente.
El proyecto de ley sobre los cuidados al final de la vida fue sancionado la semana pasada y su implementación será efectiva dentro de un año y medio. El primer ministro Philippe Couillard, explicó que estaba en las etapas de implementación, pero que no excluía la posibilidad de que en ese período podría haber discusiones legales sobre este proyecto.
Para Ghislain Leblond es el resultado de su combate a favor de la ayuda a morir. Víctima de una enfermedad degenerativa él saluda la adopción de esta ley que aliviará a algunos enfermos.
La persona, según sus valores, sus creencias, podrá pedir ayuda para morir, acortar una agonía. Leblond

Un ejercicio democrático
Los intercambios que precedieron a la votación fueron una oportunidad para poner de relieve la manera democrática en la que se llevó a cabo este ejercicio no partidista y en cumplimiento de las creencias y valores de cada uno. Para el ministro de Salud, Gaétan Barrette, el proceso de discusión de todos los parlamentarios fue uno de «rigor, transparencia y dignidad.»
«Siento una enorme gratitud hacia la sociedad de Quebec», dijo Véronique Hivon, co-autora del proyecto de ley junto con el Ministro Barrette, a los parlamentarios que la han ovación de pie, tanto al final de su discurso como cuando ella votó a favor de este proyecto ley.
Una obra colosal

Para la diputada Hivon, este voto es la culminación de un trabajo colosal de cuatro años y medio, durante el cual una comisión especial dio la palabra a una treintena de expertos que analizaron 273 presentaciones y que permitió explorar las prácticas que se llevan a cabo en tres países: Francia, Holanda y Bélgica.
Véronique Hivon explicó que ella había esperado que las discusiones se desarrollen tal y como sucedieron, es decir, en el recinto de la Asamblea Nacional y no «en los tribunales».
«Este no es un proyecto de ley sobre la muerte asistida, sino sobre los cuidados al final de vida-. Nos permite tomar en cuenta a cada persona, y sus elecciones. Se consagra, por primera vez en un proyecto de ley, los cuidados paliativos, y se establece una ley. » – Véronique Hivon, diputada por Joliette y co-autora del proyecto de ley sobre cuidados al final de la vida.
Disidencias
Una veintena de diputados liberales votaron en contra del proyecto de ley, entre ellas la Ministra de Relaciones Internacionales de Quebec, Christine St-Pierre.
Ella dijo que la Asamblea Nacional se preparaba para dar a los médicos el poder de «matar» a los enfermos y que este proyecto de ley apoyará la práctica de la eutanasia en Quebec bajo el pretexto de la compasión por los enfermos.
Para el presidente de la Asociación de Obispos de Quebec, monseñor Pierre-André Fournier, esta ayuda médica a morir se concibe como una forma encubierta de eutanasia.
«Para mí, esta es una gran decepción, dijo el obispo Fournier. No sólo para mí, sino para mucha gente que conozco. Esto no es un día feliz para Quebec. Se establece como un derecho, el derecho a pedir a alguien que te de la muerte. »
¿SE CONVERTIRÁ QUEBEC EN UN DESTINO TURÍSTICO DE EUTANASIA?
Reacciones en el Canadá inglés
La nueva legislación de Quebec sobre los cuidados para el final de vida es poco probable que convierta a la provincia en un supuesto destino turístico de la eutanasia, pero sí podría llevar a algunos canadienses con enfermedades terminales a considerar mudarse allí para pasar sus últimos días.
«Es posible, pero por la manera en que está escrito el proyecto de ley, no sería fácil de hacer eso», dijo Alex Schadenberg, director ejecutivo de la Coalición de Prevención de la Eutanasia.
«No obstante, será posible para otros canadienses ir a Quebec y en un plazo razonable de tiempo, morir por la eutanasia.»
El proyecto de ley establece una serie de requisitos para los cuidados del final de su vida, todos los cuales deben cumplirse. Ellos incluyen la disposición de que la persona tiene que poseer la tarjeta de salud de Quebec. Y para obtener una tarjeta de salud en la provincia, uno debe ser un residente o residente temporal de Quebec.
El informe de la comisión legislativa de 2012, sobre «morir con dignidad» recomienda el criterio de residencia «para evitar que la gente venga a Quebec con el único fin de obtener ayuda para morir.»
Esto hace que sea poco probable que las personas con enfermedades terminales de otros países se den cita en Quebec para tomar ventaja de la nueva ley, como sucede en la clínica Dignitias de Suiza, que no tiene ningún requisito de residencia y acepta a los extranjeros.
La clínica, que le ha dado a Suiza la reputación de ser un lugar turístico de la eutanasia, declara en su folleto que sería «éticamente inaceptable diferenciar entre las personas que están sufriendo intolerablemente si son residentes en Suiza o en el extranjero.»
Pero para un ciudadano canadiense, establecer su residencia en Quebec y obtener la tarjeta sanitaria es sólo una cuestión de meses.
El año pasado, durante las audiencias sobre el proyecto de ley, Yves Bolduc, ex ministro de Salud liberal, dijo: » Sin duda vamos a tener gente de otras provincias que van a venir aquí, que permanecerán durante un cierto tiempo – más de tres meses – precisamente para tener asistencia médica para morir «, según un informe publicado en el National Post.
Principios que guían esta ley

Para el primer ministro de Quebec, quien además es médico, el proyecto ha evolucionado hasta el punto en que, en su estado actual, toma en cuenta tres principios fundamentales: el respeto por la vida y la espiritualidad; la dignidad individual y la autonomía de la persona.
«Hay un equilibrio, así que voto a favor», dijo el Primer Ministro.
«Nunca un paciente me ha pedido que le ayude a morir. Pero algunos me dijeron: «Doctor, ya no quiero sufrir más. Quiero dormir.». – El primer ministro Philippe Couillard, contando su experiencia con los pacientes al final de la vida
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