La Fiscalía de Colombia arrestó nuevamente este martes a Andrés Sepúlveda, acusado de interceptar comunicaciones con el propósito de sabotear el proceso de paz entre el Gobierno y la guerrilla de las FARC, un hecho que desató un escándalo en la actual campaña presidencial por los vínculos del detenido con el candidato uribista Zuluaga.
La captura de Andrés Sepúlveda, acusado de espionaje y violación ilícita de comunicaciones, se produjo horas después de que una jueza lo dejó en libertad por considerar que los cargos en su contra carecían de prueba suficiente.
Sin embargo, otro juez determinó que las pruebas presentadas por la Fiscalía eran sólidas y procedió a ordenar la captura de Sepúlveda, quien tiene vínculos con la campaña del candidato derechista Oscar Iván Zuluaga y admitió que traficaba información de inteligencia reservada de las Fuerzas Militares.
«Existe suficiente evidencia. Estamos ante hechos muy graves que no solo afectan la seguridad nacional, sino que afectan a algunas agencias de inteligencia del Estado», declaró el subprocurador Jorge Perdomo.
El caso del presunto saboteador informático atizó la campaña presidencial antes de la primera vuelta electoral del 25 de mayo, después de que se divulgó un video en el que Sepúlveda aparecía compartiendo supuesta información de inteligencia con el uribista Zuluaga.
Por su lado, el candidato opositor derechista negó su responsabilidad en actividades ilegales de espionaje para sabotear el diálogo de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y venció en la primera vuelta al presidente Juan Manuel Santos.
Pese al triunfo, el delfín político del ex presidente Álvaro Uribe, sobre quien pesan sospechas de vínculos con el narcotráfico y el paramilitarismo, no logró la cantidad de votos suficiente para evitar el balotaje del próximo domingo.
Zuluaga enfrentará de nuevo a Santos en la que promete ser la votación más ajustada en la historia reciente de Colombia, y cutos resultados tendrán un impacto directo de las negociaciones de paz con la guerrilla colombiana.
Santos busca su reelección enarbolando la bandera de la paz, con la promesa de dar continuidad al diálogo con las FARC en Cuba a fin de resolver el conflicto interno de cinco décadas que ha dejado más de 200.000 muertos y millones de desplazados.
Aunque Zuluaga ha tratado de morigerar sus posiciones, él advirtió que de ganar continuará con el proceso sólo si la guerrilla acepta sus condiciones, que incluyen un cese unilateral e indefinido de hostilidades y la cárcel para los líderes insurgentes sin la posibilidad de ser elegidos congresistas.
Por razones que escapan a nuestro control, y por un período de tiempo indefinido, el espacio de comentarios está cerrado. Sin embargo, nuestras redes sociales siguen abiertas a sus contribuciones.