Dilma Roussef, la presidenta de Brasil, defendió los gastos provocados por la organización del Mundial en su país. De paso dijo estar determinada a luchar contra la corrupción y exhortó a sus compatriotas a reservar el mejor recibimiento posible a todos los aficionados de fútbol.
Ella respondía así a los que afirman desde hace un año que los 11.000 millones de dólares gastados por Brasil en el Mundial, hubieran debido ser consagrados al financiamiento de servicios elementales, a los que una buena parte de la población no tiene acceso.
Dilma Roussef, que se postula para un segundo mandato en las elecciones presidenciales de octubre próximo, declaró a la televisión que las inversiones hechas en los estadios, los aeropuertos y otras infraestructuras serán benéficas a largo plazo para el país.
El Mundial 2014, que comienza hoy con el partido entre Brasil y Croacia en Sao Paulo, es el más costoso de todos los mundiales desde que comenzó esta competencia hace 84 años.
La presidenta brasilera rechazó la idea según la cual, los gastos vinculados al Mundial hayan de una forma u otra, disminuido las inversiones en los sectores de la salud y la educación, entre otros servicios públicos.
Dilma Roussef, favorita en las elecciones del 5 de octubre próximo, declaró que los gastos públicos consagrados a la salud y la educación se encuentran entre los que han registrado el mayor progreso durante su presidencia.
La presidente Roussef dijo que el gobierno examinaba todos los gastos y que cualquier tipo de corrupción será castigada.
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