Enbridge construirá una terminal marítima en Kitimat, provincia de Columbia Británica, y dos oleoductos de aproximadamente 1.170 kilometros entre esa terminal y Bruderheim, en Alberta

Ottawa da luz verde al oleoducto Northern Gateway

Se inicia en Canadá una enorme batalla política. Sin tambores ni trompetas, con una simple declaración, Ottawa ha anunciado su decisión de aprobar el proyecto de oleoducto que conectará los yacimientos petrolíferos de la provincia de Alberta con el Pacífico si la empresa se ​​pliega a 209 condiciones recomendadas por la Comisión de evaluación ambiental del proyecto. Esto, a pesar de la oposición de grupos indígenas, comunidades y organizaciones ecologistas.

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El gobierno conservador ha destacado que «ahora le incumbe al promotor del proyecto demostrar al órgano regulador independiente,  el Consejo Nacional de Energía, cómo se propone cumplir con las 209 condiciones.»

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El premier Stephen Harper

El Gobierno señaló también en su decisión que «se necesitan más consultas con las comunidades aborígenes, establecidas entre las 209 condiciones, así como en el marco del procedimiento previsto para la expedición de permisos y aprobaciones regulatorias. Está claro que el promotor tiene mucho trabajo que hacer… «.

El gobierno conservador de Stephen Harper, dijo que no haría comentarios sobre la decisión.

El líder de la oposición oficial no tardó en reaccionar. Thomas Mulcair dijo que la decisión era «un reflejo de un hombre que decide todo por adelantado.»

«No hay sorpresa en la decisión de los conservadores…. Él [Harper] la ha aprobado hace tres años…»  – Thomas Mulcair, NDP jefe de Canadá

Thomas Mulcair, chef du NPD
Thomas Mulcair, jefe del NPD © PC/Adrian Wyld

«El proyecto es una amenaza para el orden social, la paz social, si Stephen Harper sigue ignorando a la ciencia, las Primeras Naciones y las comunidades» Thomas Mulcair.

Thomas Mulcair dijo que el proyecto no se concretizará antes de la próxima elección federal prevista para el 2015, y si es elegido el NPD dejará el proyecto de lado a la espera de realizar una revisión del proceso de evaluación ambiental. «Stephen Harper ha excluido el proceso de evaluación ambiental, nosotros vamos a reconstruirlo», dijo el líder del NPD.

El líder liberal, Justin Trudeau, por su parte, destacó que el proyecto amenaza no sólo a la economía costera de Columbia Británica, sino también a los puestos de trabajo de miles de habitantes de la provincia que viven a lo largo de las costas del océano frente a la provincia, debido al peligro de derrames. «Este gobierno ha estado promoviendo este proyecto, en lugar de jugar el papel de árbitro» Justin Trudeau.

Se organiza la resistencia

El gran jefe de la Unión de los Pueblos Indígenas de Columbia Británica, Stewart Phillip, dijo que estaba furioso y que la decisión mostró la arrogancia del gobierno de Stephen Harper.

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El gran jefe de la Unión de los Pueblos Indígenas de Columbia Británica, Stewart Phillip © CBC

«Vamos a luchar en contra del proyecto ante la Corte, en tierra y mar, y lo haremos con orgullo, con todos aquellos que se oponen al mismo. »

– Stewart Phillip, Unión de los dirigentes aborígenes en Columbia Británica

El grupo de defensa del medio ambiente Greenpeace señaló también que la decisión de Ottawa de aprobar el proyecto no tiene en cuenta los deseos de las Primeras Naciones ni de Columbia Británica. «El gobierno federal ha decidido desarrollar las arenas petrolíferas imprudentemente, sin tener en cuenta el impacto en las comunidades, el medio ambiente y el planeta», dijo el grupo en un comunicado.

«El Gobierno de Columbia Británica debe ahora mantenerse firme en sus cinco condiciones y decir no al proyecto si éstas no se cumplen, de lo contrario Columbia Británica lo hará por ellos.»Greenpeace señala tambièn que si los cuestionamientos legales de los aborígenes no logran detener el proyecto, cerca de 20.000 personas se han comprometido luchar codo a codo con las Primeras Naciones hasta lograrlo. También señala  que dados los numerosos obstáculos que enfrenta el proyecto Northern Gateway, es poco probable que se inicie prronto.

Elizabeth May, líder del Partido Verde de Canadá, dijo por su parte  que la decisión no beneficiaba ni a Columbia Británica ni a las Primeras Naciones y que apoyará todos los esfuerzos de Christy Clark, la  primera ministra de Columbia Británica de oponerse al proyecto.

El portavoz de Équiterre, Steven Guilbeault, expresa de su parte que las 209 condiciones impuestas por el Gobierno son «en gran medida cosméticas». «No existe ningún requisito sobre la cuestión de las emisiones de gases de efecto invernadero. Después de importantes reformas de leyes, el Consejo Nacional de Energía se ha convertido en una organización formal para las empresas. »

Desconfianza en Columbia Británica, esperanza  en Alberta

La decisión de Ottawa no es una sorpresa, dijo la ministra del Medio Ambiente de Columbia Británica, Mary Polak, recordando que el apoyo de su provincia estaba lejos de ser garantizado. Todavía queda «un montón de trabajo que hacer», dijo en referencia a las condiciones impuestas por el gobierno provincial antes de apoyar el proyecto. Entre ellas, que buscan una «parte justa de los ingresos del proyecto y proteger el medio ambiente”, se incluye el establecimiento de un servicio de intervención en caso de un derrame de petróleo en el medio marino.  Polak recuerda también las 209 condiciones que el proyecto debe cumplir.

El primer ministro interino de Alberta describió por su parte como «un paso adelante» la decisión del gobierno federal. «Los nuevos mercados para nuestros productos ayudarán a crear y mantener más puestos de trabajo y generar más ingresos que contribuirán a financiar los servicios públicos esenciales, como la salud y la educación para todos los canadienses», informó Dave Hancock en un comunicado.

Sin embargo, el gobierno de Alberta reconoce también que «todavía hay mucho trabajo que hacer para la concretización del proyecto Northern Gateway.»

Enbridge: «Trabajo por delante»

La compañía detrás del proyecto, Enbridge ha admitido que aún tenía trabajo por hacer para conseguir más apoyo para el controvertido proyecto.

En un comunicado, el director general Al Mónaco dice que Enbridge establecerá tres prioridades: cumplir con los requisitos del Grupo de Revisión Conjunta, colaborar con Columbia Británica para cumplir con las cinco condiciones sobre el transporte de petróleo, y seguir hablando con las comunidades aborígenes para «generar confianza y pedirles más información para mejorar el proyecto.»

Al Mónaco señaló que Enbridge continuaría evaluando la viabilidad del proyecto durante este período y que no excluía detenerlo si ya no fuera rentable.

Larga gestación de un megaproyecto

Enbridge propone desde hace 10 años construir gasoductos de 1.200 kilómetros para transportar 525.000 barriles de bitumen por día a través de Columbia Británica pasando por dos puertos de montaña y 800 ríos. El producto viscoso llegaría a Kitimat, ciudad portuaria de Columbia Británica, donde los superpetroleros lo llevarían a través del Océano Pacífico.

Enbridge sostiene que la provincia de Columbia Británica obtendrá un ingreso de unos 1.2 mil millones de dólares durante 30 años, además de crear 560 puestos de trabajo a largo plazo y 3.000 empleos, para construir el oleoducto.

El gobierno federal ha apoyado la idea de multiplicar los mercados de petróleo de Canadá, ya sea a través del proyecto Keystone XL hacia Texas o el proyecto del oleoducto Energy East, pero Northern Gateway es único en el sentido de que el apoyo de Columbia Británica está lejos de lograrse.

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Categorías: Economía, Indígenas, Medioambiente y vida animal, Política
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