Cada año, miles y miles de inmigrantes buscan ingresar a Estados Unidos en busca de un trabajo y mejores condiciones de vida. Por otro lado, la economía estadounidense sufriría serias consecuencias si de un día para otro desaparecieran los millones de trabajadores indocumentados que trabajan diariamente en los campos de cultivo, las fábricas, los restaurantes y los sitios de construcción.
¿Es posible imaginar un mundo en el que Estados Unidos se beneficie de esa mano de obra, sin necesidad de la presencia física de los inmigrantes?
Ese es el escenario que desarrolla el director de cine estadounidense Alex Rivera, que vino a Canadá a presentar su película de ciencia-ficción Sleep Dealer, El negociante de sueños, que ganó en el Festival de cine de Sundance el Premio Alfred P. Sloan.
De la misma manera en que en la actualidad se controlan los aviones no tripulados a distancia, aviones que el ejército estadounidense utiliza para lanzar misiles en África y en el Lejano Oriente, en la película de Alex Rivera las máquinas de construcción de edificios, los robots cosechadores de naranjas son manipulados a distancia por un ejército de ciber-braceros, que en la película son personajes del tercer mundo que no llegan a cruzar la frontera.
En conversación con Radio Canadá Internacional, el director de la película, el estadounidense de raíces latinoamericanas Alex Rivera, destaca que el arte, el cine, tiene que ocuparse no sólo del pasado y del presente. Para él los latinos también tienen que imaginar el futuro, estar presentes en la ciencia-ficcón.
En esta sátira política, la fuerza de trabajo es aprovechada mediante la red del Internet. “Es el trabajo sin el trabajador”, dice Rivera.
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