En nuestra crónica dominical esta semana vamos a continuar nuestra serie de tres reportajes para comprender la vida y su evolución en tres grandes ideas. La semana pasada en nuestro primer reportaje abordamos la emergencia, que permite comprender la naturaleza fundamental de la vida. Hoy en nuestro segundo reportajes hablaremos de la contingencia, que permite comprender por qué la evolución es tan imprevisible y produce tanta diversidad.
La palabra contingencia se parece mucho a emergencia pero se trata de una noción completamente distinta. Para simplificar digamos que la contingencia es lo contrario de lo inevitable o previsible. Pero no es puro azar tampoco. La contingencia es una mezcla enredada de azar y de historia. En otras palabras, es el azar que interviene en un desarrollo histórico y que puede cambiar completamente la trayectoria histórica, lo cual explica no solo la diversidad de la vida, sino la diversidad en toda la extensión de la palabra.
Es curioso que no existan dos granos de arena perfectamente idénticos, no existen dos galaxias perfectamente idénticas y de la misma forma tampoco existen dos especies completamente idénticas. E incluso, entre las especies sexuadas, no existen dos individuos perfectamente idénticos. Y todas esas diferencias son el fruto de la contingencia. Y esta razonamiento se aplica también en la vida de una persona afirma el profesor Cyrille Barrete, biólogo de la Universidad Laval de la ciudad de Quebec.
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