Este viernes se disputará un partido memorable en los anales del fútbol mundial. Nunca en la historia reciente de este deporte una selección colombiana jugo tan brasileñamente, ni una selección brasileña jugó tan angustiosamente. El «jogo bonito» decidió cruzar la frontera.
El triunfo de Brasil sobre Chile le debe más al azar de los penales que a la creatividad con la pelota del onceavo brasileño.
En Canadá son innumerables los clubes, bares y cafés donde los aficionados se dan cita para mirar y admirar y angustiarse ante los partidos de un mundial que no ha dejado indiferentes a los canadienses.
En distintas ciudades de Ontario, como Toronto o Mississauga se han habilitado espacios públicos para ver los partidos en inmensas pantallas. Allí se darán cita en algunas horas más los hinchas de la selección colombiana que esperan un milagro.
El colombiano-canadiense Freddy Vélez, amante del fútbol y radialista en Toronto, confesaba esta mañana que la inminencia del partido lo había puesto más nervioso de lo que estaba en el día de su boda.
Él explica que en este mundial los simpatizantes de las distintas selecciones han actuado con mucha amabilidad y respeto hacia los hinchas de las selecciones rivales. También destaca que este torneo mundial ha demostrado una vez más los méritos del multiculturalismo en la ciudad más grande del mundo, ya que las distintas comunidades han llenado de alegría la ciudad con sus cantos y celebraciones.
Lo que Vélez augura es una victoria colombiana. Todo un terremoto en la historia del fútbol.
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