Romero festeja su primer penal atajado.
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En Brasil se repite la final del Mundial del 90 en Roma: Argentina – Alemania

Ayer en el estadio de Sao Paulo fueron las dos manos de Dios enguantadas las que condujeron a Argentina a la final del Mundial de Brasil. El arquero Sergio Romero atajó dos penaltis holandeses para abrirle grandes las puertas de la final a su equipo. Veintiocho años después de la Mano de Dios de Diego Maradona, las dos manos del Chiquito Romero permitieron a la Argentina continuar su laborioso e intenso trabajo en la búsqueda de una tercera estrella en su camiseta.

Desde el primer penalti, Romero comenzó la redacción del quinto capítulo de la interminable tragedia holandesa. El arquero del As Monaco anticipó perfectamente el tiro de Ron Vlaar y con una estirada mandó al olvido el excelente rendimiento del defensa central holandés durante el partido.

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Romero ataja el primer penalti tirado por Vlaar. © SRC

Después de Vlaar, Messi hizo su trabajo, Arjen Robben mantuvo a Holanda con la esperanza, Ezequiel Garay preservó el avance argentino y el cielo se derrumbó sobre los holandeses. Romero leyó el pensamiento de Wesley Sneijder y su tiro no alcanzó su objetivo. El Kun Agüero marcó para Argentina, Dirk Kuyt para Holanda y Maxi Rodríguez martilló el último clavo del ataúd de los holandeses.  El equipo argentino se lanzó sobre el terreno para felicitar a su nuevo héroe.

Después de haber visionado los videos sobre la arenga del gran Mascherano, que fue el baluarte argentino, al portero de su equipo, se puede leer muy claramente en sus labios, que le dice a Romero antes que comiencen los penaltis: Hoy te convertís en un héroe! Y así fue.

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© SRC/GI/Ronald Martinez

Mientras tanto sobre el terreno, durante casi todo el partido, el líder natural del equipo argentino, la Pulga Messi, se desplazó con una sombra holandesa llamada Nigel De Jong y cuando lograba zafarse de ella le aparecía en el camino Ron Vlaar. El resultado fue que Messi apenas tocó el balón en el área de penaltis y en los 120 minutos de juego, el que es considerado como el mejor jugador del mundo, no logró insuflar su magia en el partido.

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El Chiquito Romero abraza a Jasper Cillessen antes que comiencen los penaltis © SRC

Esta vez, el entrenador holandés no sacó “conejos de su sombrero”, como lo hizo en cuartos de finales cuando envió a último momento al portero reservista holandés Tim Krul, a atajar los penaltis del increíble equipo costarricense. Esta vez Louis van Gaal tuvo que confiar en Jasper Cillessen, pero sin éxito. Holanda deberá ahora pelear por el tercer lugar contra Brasil el sábado. Mientras que Argentina jugará la final con Alemania el domingo.

Y si es cierto que “la venganza es un plato que se come frío”, Argentina lleva ya 24 años enfriándolo…

Categorías: Internacional, Sociedad
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