Mientras que Argentina y Alemania se preparan para enfrentarse en la final del Mundial de Brasil en Río de Janeiro, las redes sociales se desbocan por los que ellos han bautizado “la final de los dos papas”.
Numerosos son los que desearían que el papa Francisco, argentino, y el papa emérito Benedicto XVI, alemán, miren juntos el partido en el Vaticano y tanto en Facebook como en Tuiter, muchos se divierten alimentando la rivalidad entre los dos hombres.
Pero el Vaticano, duda muchísimo que Benedicto XVI le eche ni siquiera una simple mirada a la final. Teólogo, intelectual y pianista, el papa emérito nunca fue un deportista.

“Podemos excluir de forma categórica que él tenga ganas de ver el partido, afirmó a la agencia AFP una fuente en el Vaticano, que pidió el anonimato. Sería una penitencia para él obligarlo, a sus 87 años, a pasar 90 minutos delante de una pantalla de televisión que transmita la final, mientras que él no ha mirado quizá nunca un partido completo en toda su vida”.
Aunque por otra parte, el papa Francisco un adepto del fútbol e hincha declarado del San Lorenzo de Almagro, “podría querer ver la final […] el partido comienza a las 21:00 hora local y el papa se acuesta en general, alrededor de las 22:00”, dijo el padre Federico Lombardi, portavoz del Vaticano.
La semana pasada, el Osservatore Romano, diario del Vaticano, había predicho que una final Argentina-Alemania, “con dos aficionados excepcionales como el papa Francisco y Benedicto XVI, podría entrar directamente en la historia del fútbol”.
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