Ah! Las vacaciones! Si bien es cierto que el trabajo dignifica al hombre, las vacaciones lo reconforta! Trabajamos todos como locos durante todo el año mientras llega el ansiado período de vacaciones. ¿Pero a partir de qué momento de la historia empezamos a tomar vacaciones?
Al parecer, el origen de las vacaciones remonta a tiempos remotos a partir del momento en que empezó a haber gente rica y que tiene tiempo libre y que en consecuencia, tiene los medios para irse o escaparse a algún lugar.

Ya en la antigüedad, la ciudad de Roma era una ciudad muy populosa, en donde las casas estaban pegadas las unas a las otras y apenas llegaba el verano en los meses de julio y agosto, el calor era insoportable. No hay que olvidar que en esa época la zona alrededor de la ciudad era pantanosa y el olor era insoportable.
Y es así como los ricos romanos y la élite en el poder se iban al campo con todo su séquito a respirar un poco de aire puro. Los emperadores, entre otros, se hacían construir lujosas villas cerca al mar. La proximidad del agua es importante porque el aire es más puro y permite la posibilidad de refrescarse. Pero la idea, digamos más generalizada de las vacaciones surge en el medioevo, dice la historiadora Evelyne Ferron.
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