La aspirina ¿eficaz para el tratamiento del cáncer de seno?

Cuando algo es de todos, como el sol o el aire, no tiene valor de mercado. Esto también es cierto para la corteza del árbol de sauce.

Si nadie es dueño de ella, entonces nadie puede venderla. Y si nadie puede venderla, entonces, ¿quién va a invertir dinero para saber si se puede tratar el cáncer de mama y salvar miles de vidas?

Este es el dilema que confronta la doctora Michelle Holmes, una investigadora de la Universidad de Harvard, quien cree que ella ha observado una sustancia química del sauce que parece estar duplicando la tasa de supervivencia de las mujeres con cáncer de mama.

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Después de analizar el uso de aspirina en mujeres con cáncer de mama Holmes encontró:

Entre las mujeres que tomaban aspirina por otras razones, encontramos que tenían un riesgo de un 50% menor de morir de su cáncer de mama que las mujeres que no tomaban aspirina.

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Se sabe desde hace bastante tiempo: la aspirina puede disminuir el riesgo de aparición de algunos tipos de cáncer. El cómo lo hace, según los científicos y sus resultados, es eliminando la acumulación de mutaciones en el ADN de células que ya han iniciado su camino a la anormalidad.

Los pacientes que tomaron aspirina acumularon en promedio 10 veces menos alteraciones en su ADN que quienes no lo hicieron.

Es posible que el efecto benéfico de la aspirina se deba a que disminuye la inflamación. La inflamación, una respuesta del sistema inmunológico, es uno de los factores que facilitan el desarrollo del cáncer. La disminución de la inflamación puede resultar en menor producción, en el tejido pre canceroso, de oxidantes que ocasionarían daños en el ADN, y también podría detener la expresión de muchas señales que estimulan a diversos factores de crecimiento.

La Dra Michelle Holmes presentó una propuesta para que se realicen estudios amplios, con sus respectivos controles, en pacientes de cáncer de mama, tratándolas con aspirina. Ya en el año 2010 había informado ella y otros colegas, de la disminución de este cáncer en pacientes que tomaban aspirina por causas diversas. No obtuvieron financiación de ningún tipo.

¿Quién puede estar interesado en financiar estudios que no representarán ningún lucro?  Pues la aspirina, derivada del saúco blanco, viene siendo usada desde los tiempos de Hipócrates y ya se liberó de cualquier patente desde el Tratado de Versalles en 1919. A la industria farmacéutica desde luego no le interesa en lo más mínimo.

Holmes dice que un estudio realizado con todo el rigor de la ciencia tendría un costo de 10 millones de dólares, una cifra ridícula comparada con las cantidades astronómicas que se invierten en otras drogas que al final acaban costando otros números enormes y no siempre son efectivas.

Pero, ¿quién va a pagar por ese ensayo? Hasta ahora a la Dra. Michelle Holmes le han rechazado 4 veces su solicitud las agencias de financiamiento federal de Estados Unidos.

Mis colegas y yo estamos frustrados porque no hemos sido capaces de convencer a nadie de financiar esto.

Entonces la Dra. Holmes escribió una columna de opinión en el New York Times, diciendo al mundo lo que se estaba perdiendo: un medicamento contra el cáncer de bajo costo que podría salvar miles de vidas cada año, especialmente en los países en vías de desarrollo, donde las mujeres no tienen acceso a las nuevas terapias costosas.

Su columna provocó una respuesta al New York Times de John LaMattina, ex jefe de investigación y desarrollo de Pfizer, una de las mayores empresas farmacéuticas del mundo quien respondió que no era el trabajo de las grandes farmacéuticas financiar esos tipos de ensayos.

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John Lamattina, exdirector de investigación de Pfizer

John Lamattina dice que las grandes farmacéuticas están a la caza  de nuevos grandes descubrimientos.

Hay todo tipo de nuevos conocimientos que están estallando por todas partes a partir del proyecto del genoma humano por lo que el número de objetivos e ideas superan con creces el dinero que tenemos en estos momentos.  

Y aclara que las compañías farmacéuticas no podrán hacer dinero a partir de la aspirina.

No, no veo que sea rentable de ninguna manera. ¿Cómo puede hacer algo rentable al obtener solo centavos al día? Si invierte en la aspirina y demuestra que sí funciona para el cáncer de mama, está bien, pero  no tendrá ningún beneficio de algo que le podría costar millones de dólares para hacerlo.

Mientras tanto, una organización benéfica británica está poniendo en marcha un ensayo para ver si la aspirina puede detener la propagación de cuatro tipos de cáncer, incluyendo los tumores de mama. Pero hará falta una década para obtener resultados.

La Dra. Holmes dice que su grupo podría obtener la respuesta en la mitad del tiempo si consiguen el dinero suficiente para hacer la investigación.

Si se demuestran los beneficios de la aspirina en el tratamiento del cáncer de mama en extender los períodos de remisión y en mejorar la calidad de vida de las pacientes, se eliminarían varios problemas. Los altos costos de las drogas usadas en la actualidad y los efectos secundarios tan desagradables hacen que miles de mujeres dejen de tomarlas. Con el equivalente de una docena de dólares se cubriría un año de tratamiento con aspirina. Se estarían salvando 75.000 vidas femeninas al año, en los países pobres, al menos.

Otra luchadora en Canadá

La aspirina no es el único medicamento que puede contener poderes anti cancerígenos.

Abra cualquier gabinete médico, y encontrará  una serie de medicamentos genéricos comunes que muestran propiedades anticancerígenas, incluyendo los beta bloqueadores, estatinas y  medicamentos anti-diabéticos.

Y la doctora Holmes no es la única científica en quedar atrapada en el vacío de cómo probar estas teorías. Aquí en Canadá, por ejemplo, se tardó 10 años en obtener el dinero para poner a prueba la capacidad para combatir el cáncer de mama de un medicamento común para la diabetes.

En el Hospital Mount Sinai de Toronto, la Dra. Pam Goodwin observó que las mujeres con cáncer de mama, así como con altos niveles de insulina tuvieron los peores resultados. Ella sabía que el fármaco, la metformina, podría reducir los niveles de insulina, y quería ver si eso, a su vez, podría mejorar los resultados del cáncer de mama.

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La Dra Pam Goodwin, del Hospital Mount Sinai de Toronto © Mount Sinai Hospital

Al principio, una compañía farmacéutica casi llegó con el dinero, cuenta ella. Pero cuando se dio cuenta de que la patente iba a expirar antes que la Dra. Goodwin obtuviera sus respuestas, y con ella la posibilidad de obtener beneficio, se retiró.

Eso la llevó a una búsqueda de fondos durante10 años.  Su pedido fue rechazado de plano por los Institutos Canadienses de Investigación en Salud, administrados por la agencia canadiensel de financiación de la ciencia médica, a pesar de que había recibido algún dinero para la investigación del gobierno de EE.UU. y de la Sociedad Canadiense del Cáncer.

En su caso, ella se siente afortunada de haber encontrado un fabricante de medicamentos genéricos que donó las píldoras individuales y los placebos.

En total, ha sido un agotador esfuerzo para recaudar 30 millones de dólares que sólo fue posible, dice, gracias a la inmensa pila de evidencias que se había construido sobre los efectos anticancerígenos de la metformina.

Esa evidencia proviene de modelos animales y de estudios de células, y de los científicos que trabajan en la ciencia básica.

La Dra. Goodwin dice que el papel de la aspirina en la prevención del cáncer aún carece de ese grado de respaldo científico, pero sabe que la evidencia es cada vez mayor.

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