Desde su creación en 1975, “El Sistema”, que es un singular programa de educación musical desarrollado en Venezuela por el economista y músico venezolano José Antonio Abreu, ha ido echando raíces en diversas partes de las Américas.
En la actualidad, los principios y la filosofía de esta forma de enseñar la música a los niños también han llegado a la región del Atlántico de Canadá. Esto desde hace cinco años.
El venezolano Gregory Parra es un clarinetista que junto a su compañera violoncelista, también dedicada profesionalmente a la música, se ha instalado en la ciudad de Moncton, en la provincia marítima de Nueva Brunswick.
Fue en el pueblito de San Juan de Colón, en Venezuela, que Parra, entonces niño, descubre las posibilidades de la música.
En sus nuevos lares canadienses, Parra se dedica a compartir los principios de El Sistema entre los niños de esa provincia canadiense. En Moncton este programa de formación musical se llama El sistema New Brunswick. Para él, se trata de que cada niño pueda desarrollar la plenitud de sus capacidades.
En sus orígenes, El Sistema se llamaba Acción Social para la Música. Tenía como misión el sistematizar la instrucción y la práctica colectiva e individual de la música a través de orquestas sinfónicas y coros, con la idea de utilizar esas formaciones de niños y jóvenes como instrumentos de organización social y de desarrollo humanístico.
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