Un avion de chasse F18 américain décolle d'un porte-avion. (archives)

Un caza estadounidense F18 despega de un portaaviones.
Photo Credit: Reuters Photographer / Reuter

Aviación estadounidense ataca a fuerzas del Estado Islámico en Irak

Aviones de combate estadounidenses bombardearon la artillería islamita este viernes en Irak en un intento por contener el avance de los insurgentes en la región de Kurdistán.

Este es el primer ataque estadounidense desde el retiro de sus tropas en el 2011. El presidente Barack Obama ordenó las operaciones argumentando que Washington debía actuar para evitar un «genocidio».

Los combatientes del Estado Islámico de Irak y el Levante habían ganado terreno hasta alcanzar las cercanías de Erbil, la capital de la región autónoma de Kurdistán con más de un millón de habitantes y donde se encuentran oficinas de empresas petroleras estadounidenses y europeas.

Un portavoz del Pentágono dijo que dos cazas F/A-18 lanzaron bombas guiadas por láser contra una pieza de artillería móvil utilizada por combatientes del EIIL para atacar a las fuerzas kurdas que defienden Erbil.

Obama autorizó los ataques aéreos ante la huida de decenas de miles de cristianos que optaron por escapar ante el avance de las fuerzas islamistas que a su paso crucificaron y decapitaron a decenas de prisioneros.

Estados Unidos también dejó caer suministros de ayuda para los miembros de la antigua secta yazidi que se encuentran en una zona montañosa, rodeados por combatientes islamistas que, como práctica, ordenan convertirse al Islam o morir.

En Bagdad, donde los políticos suspendieron sus actividades ante la creciente violencia y en momentos en que el Estado parece derrumbarse, el máximo clérigo chiita demandó la renuncia del primer ministro Nuri al-Maliki, demanda que podría poner fin al gobierno del polémico líder.

Los combatientes sunitas del Estado Islámico de Irak y el Levante, un grupo escindido de Al Qaeda que busca establecer un «califato» y erradicar a quienes considera infieles, ganaron por las armas el control de vastas zonas del norte de Irak desde junio. Su campaña avanzó dramáticamente en la última semana, tras haber derrotado a las tropas kurdas.

La retirada de las tropas kurdas permitió a los insurgentes acercarse a Erbil. Mientras tanto, compañías petroleras estadounidenses y europeas en la zona ordenaron la evacuación de emergencia de su personal.

Aunque el avance constante de los insurgentes del Estado Islámico ha amenazado con destruir a Irak como Estado democrático, los políticos en Bagdad no han conseguido llegar a un acuerdo sobre la formación de un nuevo Gobierno desde las elecciones poco concluyentes celebradas en abril.

Maliki, un musulmán chiita a quien sus adversarios acusan de atizar la revuelta sunita al gobernar de manera autoritaria, se negó a abandonar el poder para dar paso a una figura menos divisiva, desafiando así la presión de Washington y Teherán que quieren su partida.

El gran ayatolá Ali al-Sistani, un erudito de 84 años cuya palabra es ley para millones de chiitas en Irak y otras regiones del mundo, pidió reiteradamente a los políticos que busquen consenso y reunifiquen el país.

En su sermón semanal del viernes, Sistani pidió directamente la renuncia de Maliki. Aunque no mencionó al primer ministro, el Ayatolá dijo que los políticos en el poder están cometiendo un «grave error» y que era necesario elegir a otro líder para poner fin a la crisis en Irak.

Categorías: Internacional, Política
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