Des milliers de syndiqués participent au défilé de la fête du Travail à Toronto.

Marcha del Día del Trabajo en Toronto, Canadá.
Photo Credit: Gabrielle Sabourin

Sindicatos en Canadá enfrentan tiempos difíciles, pero luchan

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En este primero de septiembre, Día del Trabajo en Canadá, el periódico canadiense The Toronto Star dedicó su editorial al estado del movimiento sindical en el país.

Bajo el título “Los sindicatos en Canadá enfrentan a tiempos difíciles, pero están luchando”, el periódico sostiene que los objetivos han cambiado. A más de 140 años desde su nacimiento en medio de la lucha para poner fin a la jornada de trabajo de 12 horas, el movimiento laboral canadiense todavía se encuentra buscando mejores condiciones para los trabajadores en el país.

No es tarea fácil, sobre todo en la actualidad, cuando los sindicatos ven su poder de definir las condiciones laborales de cada vez más limitado debido a los inexorables cambios económicos.

El movimiento laboral ha sido golpeado por la erosión de la base industrial de Canadá. El número de obreros, núcleo de la clase trabajadora, está disminuyendo a un ritmo alarmante. A esto se suma la disminución de la afiliación sindical en el sector privado y la creciente influencia de los trabajadores del sector público.

Los puestos de trabajo permanentes a tiempo completo están siendo reemplazados cada vez más por empleos temporales o a tiempo parcial, casi siempre sin beneficios sociales y con salarios más bajos. Son los llamados empleos «precarios», ocupados en su mayoría por mujeres, jóvenes, inmigrantes recientes llegados y minorías visibles. Estos son grupos que tienden a ser un desafío para los organizadores sindicales.

De hecho, un estudio realizado por un importante sindicato advirtió que muchos trabajadores no sindicalizados consideran a las organizaciones sindicales como grupos con «intereses particulares», con poca relevancia en sus vidas. Una percepción que no hace fácil el trabajo de organizar sindicatos.

Pese a todo ello, el movimiento laboral tiene mucho que celebrar en este día en que los trabajadores de todo el país marchan en desfiles del Día del Trabajo, ondean banderas y pancartas sindicales, llevando carteles que denuncian a los gobiernos hostiles, tocando tambores, coreando consignas y cantando «Solidaridad por siempre.»

La sindicalización en Canadá se ha reducido de un máximo de casi el 40 por ciento de la fuerza laboral en la década de los años 70. Y pese a todo lo que se dice en torno a su continuo descenso, el nivel de sindicalización se ha estabilizado en la última década en torno al 30 por ciento.

Es más, en cifras globales el número de trabajadores canadienses que tienen un sindicato ha aumentado. Un total de 4,7 millones de trabajadores estaban protegidos en 2013 por acuerdos colectivos negociados por los sindicatos. Esto representa un aumento en comparación a los 3,9 millones de trabajadores que gozaban de una convención laboral en 1998.

Hay que tomar en cuenta que la población de Canadá ha crecido aún más rápido que la afiliación sindical, lo que resulta en una menor tasa de cobertura.

Una amenaza importante para el movimiento laboral en la provincia de Ontario desapareció en junio con la humillante derrota del ex líder del Partido Conservador Progresista, Tim Hudak. Él había prometido de manera temeraria la eliminación de 100.000 empleos en el sector público y aplicar una agenda anti-sindical que habría daño a los trabajadores en toda la provincia. Ahora Hudak no es más que una nota al pie de página en la historia de Ontario.

Puede que estén golpeados, pero los sindicatos están lejos de estar quebrados. Más aún, están dispuestos a luchar. La mayoría de las convenciones laborales son conseguidas a través de las negociaciones. Sin embargo, en varias partes de Canadá este ha sido un verano pleno de conflictos laborales.

En la provincia de Columbia Británica unos 40.000 maestros de las escuelas públicas entraron en huelga en mayo, exigiendo mejoras salariales y una mayor participación en las decisiones sobre el número de estudiantes por aula, conflicto que todavía no fue resuelto.

En agosto en Montreal se produjeron actos de vandalismo cuando empleados municipales, incluyendo bomberos, invadieron la alcaldía lanzando agua a los políticos, tirando papeles y soplando pitos y trompetas. Los manifestantes protestaban contra los cambios en sus jubilaciones.

La economía local de Thunder Bay sufrió las consecuencias de una amarga huelga de seis semanas protagonizada por 900 trabajadores de Bombardier que construyen vehículos ferroviarios.

Es demasiado pronto para saber si este tipo de confrontaciones anuncian un nuevo enfoque más agresivo de parte de los sindicatos más importantes. Tal cambio fue prometido por Hassan Yussuff, cuando ganó la presidencia del Congreso del Trabajo de Canadá en las elecciones a principios de este año.

Yussuff derrotó por estrecho margen al tradicional sindicalista Ken Georgetti con la promesa de «volver a la ofensiva por los derechos y el progreso» y poner fin a «décadas de retroceso y desaliento.»

UNIFOR, el sindicato más grande del sector privado en Canadá, nacido el año pasado tras la fusión del Sindicato canadiense de trabajadores del sector automóvil y el Sindicato de comunicaciones, energía y papel, ha expresado su voluntad de organizar a los trabajadores que ocupan empleos precarios.

Varios otros sindicatos han emprendido audaces esfuerzos para sindicalizar a los trabajadores del sector de los servicios que no están tradicionalmente sindicalizados.

El resultado a largo plazo de estos esfuerzos aún está por verse. Pero en este Día del Trabajo los sindicatos están haciendo esfuerzos por avanzar. No sólo en las calles, hacia el final del desfile, pero también en los lugares de trabajo y las áreas de decisión de las empresas de todo el país, en los pasillos del gobierno y en las mesas de negociación.

En todos estos espacios, el movimiento laboral canadiense sigue su marcha, dice finalmente el editorial del Toronto Star en este primero de septiembre, Día del Trabajo en Canadá.

Categorías: Economía, Inmigración y Refugiados, Internacional, Política
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