Un ex miembro de una pandilla callejera en Winnipeg explicó el tratamiento que a veces reservan las pandillas a niñas vulnerables en fuga, como Tina Fontaine.
Ian McKinney cuenta que se crió en el medio de las pandillas, un estilo de vida que también le ha llevado a la cárcel. Hoy él es un tetrapléjico a causa de su participación en las pandillas callejeras, que fue baleado por un hombre armado el pasado invierno. De acuerdo con el joven de 24 años, las pandillas utilizan a las jóvenes fugitivas y abusan de ellas. «Es una marca», dice.
Sus declaraciones son apoyadas por otro exmiembro de la pandilla James Lathlin. De 37años, el predice un sombrío destino a las niñas en fuga. «No importa quién eres; si estás en la calle a la 1 de la mañana y no le dijiste a nadie dónde estás, van a hacerte daño «, advierte.

Hoy, James Lathlin es un orador público que advierte sobre los peligros de la delincuencia y las drogas.
Las estadísticas están en línea con lo que recomiendan los dos hombres. De acuerdo con un reciente informe de la Real Policía Montada, Winnipeg es la ciudad con presencia «más visible» de niñas explotadas sexualmente en el país. Muchas de ellas lo son por las pandillas, dice Diane Redsky, que dirige el Grupo de Trabajo sobre la Trata de Mujeres y Niñas, de la Fundación Canadiense de Mujeres.
Otro dato alarmante, al menos el 90% de estas niñas son, al igual que Tina Fontaine, aborígenes.
Tanto Ian McKinney , como James Lathlin y Diane Redsky dicen que las jóvenes explotadas buscan generalmente afecto. «Ellas están buscando el amor, una familia», evoca Ian McKinney. Sin embargo, James Lathlin hace hincapié en que «no hay una luna de miel. No es como en las películas. Es violento y disfuncional desde el principio. »
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