Docenas de estudios federales, provinciales y comunitarios recopilados por el gobierno conservador parece contradecir la afirmación del primer ministro Stephen Harper de que el problema de las mujeres aborígenes asesinadas y desaparecidas no es un «fenómeno sociológico».
Sin embargo, algunos miembros de la comunidad aborigen no cuestionan la otra respuesta federal de rechazo a la solicitud de una investigación pública, es decir, que creen que efectivamente ya hubo suficientes estudios. Funcionarios citan una lista no exhaustiva de 40 estudios sobre este tema realizados entre 1996 y 2013.

Una mirada un poco más de cerca muestra que en casi todos los casos, los autores de los informes detallan las «raíces» o las causas sistémicas de la violencia contra las mujeres aborígenes y su marginación dentro de la sociedad.
El legado de la colonización, incluyendo el desplazamiento y el despojo ligado a las escuelas residenciales u otras políticas, se citan con frecuencia en los estudios. El impacto de la pobreza y la falta de vivienda también se citan como las principales causas de la violencia contra las mujeres de las Primeras Naciones.
«Hay causas profundas de la violencia en las comunidades aborígenes que incluyen cosas tales como la pobreza y el racismo, y es por eso que es muy importante para nosotros trabajar con las organizaciones aborígenes en todo el país», dijo Rona Ambrosem entonces Ministra de Estado de la Mujer, durante una audiencia parlamentaria en 2011.
El primer ministro Harper ve las cosas de manera diferente. El mes pasado, dijo: “Creo que no debemos ver este fenómeno como sociológico. Debemos verlo como un crimen.”
Según el gobierno, se han realizado suficientes estudios, y ahora es el momento de actuar. «Lo que no necesitamos es otro estudio que se agregue a los cerca de 40 informes y reportes ya realizados, que presentaron recomendaciones específicas que son objeto de análisis, sólo para retrasar aún más las acciones concretas «, dijo la semana pasada el ministro de Justicia, Peter MacKay.
Algunas Primeras naciones están de acuerdo con el ministro en cuanto a la abundancia de los estudios existentes, pero las opiniones varían en cuanto al aspecto, diferente o no, que abordaría otra investigación.
Por su parte, Dawn Harvard, presidenta de la Asociación de Mujeres Nativas de Ontario reconoce que ya hubo trabajos detallados sobre las causas sociológicas de la violencia contra las mujeres aborígenes.
Pero ella dice que una investigación nacional no sería de carácter sociológica, sino más bien serviría a determinar qué políticas e iniciativas específicas se necesitan para abordar los problemas específicos de las comunidades, una investigación en profundidad que los grupos más pequeños no pueden llevar a cabo por falta de recursos.
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