En Ottawa dos ex primeros ministros, varios líderes indígenas, y otras figuras de alto perfil se reunieron con el objetivo de construir una mejor relación entre los pueblos aborígenes y el resto de Canadá.
El grupo se llama «Canadienses por una Nueva Asociación.» Y sus bien conocidos fundadores dicen que se preocupan profundamente por los temas que afectan a las primeras naciones y esperan inspirar a la gente de todo el país a hacer lo mismo.
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El ruido de las cámaras fotográficas no se detienen mientras dos ex primeros ministros, el conservador Joe Clark y el liberal Paul Martin y el ex jefe de la Asamblea de Primeras Naciones Ovide Mecredi firman una declaración señalando que van a ayudar a construir una nueva relación entre los canadienses aborígenes y no aborígenes.
La iniciativa cuenta también con el apoyo de la ex dirigente inuit Tapiriit Kanatami, María Simon, con el del ex juez de la Corte Suprema Frank Iacabucci, del ex primer ministro de los Territorios del noroeste Stephen Kakfwi, de la ex auditora general de Canadá, Sheila Fraser y con el apoyo del juez Murray Sinclair, quien dirigió la Comisión de la Verdad y Reconciliación.
Paul Martin dice que la razón de su participación es simple.
Esta es probablemente la cuestión moral más importante que enfrentamos como país.
Las historias horribles de abuso en las escuelas residenciales, la violencia en curso, la vivienda deficiente, la educación y el cuidado de la salud son las cuestiones morales.
Pero el expremier Martin dice que hay otra razón práctica para involucrarse.

Se trata probablemente de un tema económico único al cual nos enfrentamos como país. Este es el segmento más joven y creciente de nuestra población.
El grupo quiere influir en la opinión pública y en las políticas públicas, dice el expremier Joe Clark.
Creemos que entre las personas que podemos influir e involucrar activamente se encuentran miembros del actual gobierno.
Los organizadores dicen que es puramente una coincidencia que la iniciativa esté teniendo lugar en el año previo a una elección federal.
Pero el momento es fortuito dice Wab Kinew. Kinew dirige el programa de inclusión indígena en la Universidad de Winnipeg.
Espero realmente que no tengan miedo de poner a las primeras naciones, a los métis y los inuits en la agenda en la próxima elección federal. Me parece que este es un momento en la historia de Canadá en el cual tendríamos que incluir un enriquecedor debate sobre las cuestiones indígenas en la elección federal.
El ministro de Finanzas Joe Oliver defiende la gestión del gobierno conservador de Stephen Harper.
Hemos dedicado una gran cantidad de tiempo, atención e inversión de capitales a nuestra relación con los pueblos aborígenes y esta es una clara prioridad para nuestro gobierno.
Independientemente de quién necesita ser influenciado, Chelsea Vowel dice que los aborígenes no pueden esperar más.
Vowel es uan profesora mestiza de Alberta, quien forma parte del nuevo grupo.
Esto es, para muchos de nosotros, una cuestión de vida o muerte. Realmente lo es. Porque cuando hablamos de la condiciones que enfrentan los pueblos indígenas, aparecen muchas estadísticas en todos lados. Pero se trata de seres humanos, que se están muriendo de muchas maneras que se podrían evitar.

Vowell, como Martin, Clark y los demás están todos ofreciendo su tiempo. El grupo es financiado por una serie de diferentes fundaciones.
Ellos dicen que están buscando otros patrocinadores para asegurar el crecimiento de la iniciativa.
La idea de esta asociación nació durante las manifestaciones del movimiento indígena Idle No More. El ex primer ministro de los Territorios del Noroeste, Stephen Kakfwi fue quien había invitado a ex líderes a unirse a su iniciativa.
Reacciones mixtas ante la creación de esta asociación
El líder liberal Justin Trudeau ante el anuncio reaccionó criticando la relación del gobierno de Harper con los aborígenes.
«Desde hace años, el gobierno federal ha fallado en su deber de colaborar con las comunidades indígenas. La iniciativa de hoy se ha convertido en la consecuencia directa de esta falta de liderazgo nacional «, dijo Trudeau en un comunicado.
El Ministerio de Asuntos Aborígenes se apresuró a rechazar la acusación. «Nuestro gobierno continuará trabajando con los canadienses aborígenes para crear oportunidades económicas y mejorar la calidad de vida de las Primeras Naciones. Nuestras inversiones en capacitación laboral, en agua potable e infraestructura, además de la legislación que garantiza los mismos derechos matrimoniales básicos para las mujeres, están contribuyendo a reforzar a más comunidades prósperas de las Primeras Naciones «, dijo en un comunicado.
La reacción en las comunidades indígenas fue mixta. Mientras algunas en los medios sociales aplaudieron los esfuerzos del grupo, otras permanecen escépticas respecto a que esta asociación dará lugar a un cambio real
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