El vuelo MH17 de la Malaysia Airlines que se estrelló el 17 de julio en Ucrania fue alcanzado por “un gran número de objetos dotados una fuerte energía” que penetraron su fuselaje, indicó la Agencia de Seguridad Aérea Holandesa en su informe preliminar. La catástrofe dejó un saldo de 298 muertos, de los cuales las dos terceras partes eran holandeses.
“El informe preliminar sugiere que objetos penetraron a gran velocidad el avión y provocaron su desintegración en pleno vuelo. Lo que permite sospechar que un misil suelo-aire derribó al vuelo MN17, pero investigaciones suplementarias son necesarias para poder afirmarlo con certeza”, podemos leer en un comunicado.
Los investigadores holandeses no han podido ir al sitio donde cayó el avión debido a los combates entre el ejército ucraniano y los separatistas pro rusos del este del país.
Sus conclusiones se fundan sobre las informaciones recogidas por las cajas negras, sobre el análisis de imágenes de satélites y datos de radar.
Ellos se apoyan también en fotos de la carlinga del avión que muestran múltiples impactos. Según Tim Ripley, especialista de armamentos y colaborador de la revista Jane’s Defense, esos impactos podría provenir de una carga de “proximidad”, que explotó cerca de du blanco.
Este tipo de cargas pueden ser montadas sobre varios tipos de misiles, entre los cuales se encuentra el modelo BUK de fabricación rusa, que según Kiev y sus aliados occidentales, fue utilizado por los separatistas para derribar al avión.
Los insurgentes niegan tener ese tipo de armas a su disposición, pero uno de sus jefes, interrogado en julio por la Reuters, dejó entender que ellos tenían uno antes de la catástrofe. Moscú por su parte, niega haber puesto a su disposición ese tipo de armas.
Al día siguiente de la catástrofe, el presidente estadounidense Barack Obama, habló de “elementos que muestran que el avión fue derribado por un misil suelo-aire disparado de una zona de Ucrania controlada por los separatistas pro rusos”.
Una investigación criminal fue abierta en Holanda para determinar las responsabilidades. El informe publicado este martes es solo una “descripción inicial y provisional de los acontecimientos” y las conclusiones de la investigación podrían conocerse solo dentro de un año.
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